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O. VILLA
Domingo, 29 de marzo 2015, 00:32
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El diputado con el que Unión Progreso y Democracia cuenta en Asturias, Ignacio Prendes, estaba ayer muy molesto con la actitud de la dirección nacional de su partido, en particular porque «hay problemas reales y concretos en esta formación, que nos están trasladando los ciudadanos, y nos encontramos con una dirección absolutamente desconectada de la realidad, completamente incapaz de asumir nada, salvo unas autocríticas genéricas. No ha habido ninguna asunción de responsabilidades», expresó Prendes, que pese a no haber participado en la cita, dado que dimitió como miembro del Consejo Político del partido, es una de las voces más escuchadas, tando por su discurso como por su responsabilidad parlamentaria.
Con la campaña electoral en el horizonte ya muy próximo, Prendes asegura que no se puede aguardar hasta después de los comicios para afrontar la renovación del partido, porque «hay problemas muy claros y estamos en un ciclo político que va a durar todo el año. No es solución diferir la toma de decisiones a dentro de tres meses».
Es más, consciente de que las formaciones emergentes pueden acabar con las opciones electorales de UPyD, Prendes aseveró ayer que es urgente afrontar la redefinición del partido y que en la reunión del Consejo Político «se ha perdido una gran oportunidad de enderezar el rumbo, y no sé si no será la última».
La voz de los afiliados
Y esa solución está, en opinión de Prendes, en «escuchar la voz de los afiliados, pero hoy -por ayer- tocaba escuchar, y la dirección nacional ha negado esa posibilidad», en lo que el diputado asturiano cree que ha sido una nueva demostración del talante con el que Rosa Díaz ejerce el liderazgo en la formación magenta. Y eso le lleva a una declaración rayana en lo rupturista, al asegurar que la portavoz y fundadora de UPyD «está absolutamente desautorizada. Este partido no es de su propiedad».
Ante una declaración de tal calado, podría pensarse que Ignacio Prendes está ya fuera de toda aspiración de continuidad en el partido, pero el parlamentario no piensa «adoptar una decisión de carácter personal. Antes quiero saber lo que opinan los militantes, porque el partido es de ellos». Por tanto, todo queda a expensas de lo que decida el Consejo Territorial de UPyD.
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