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Las claves del día: el «silencio» de Sánchez
El candidato de Ciudadanos, Nicanor García, a la derecha, acompañado por Francisco Gambarte, a la izquierda, y Guillermo Díaz Bermejo, en el centro, ambos integrantes de la organización, ayer, en el momento de presentar las candidaturas electorales.
Los pactos se venden caros en Asturias

Los pactos se venden caros en Asturias

Las posteriores elecciones generales, previstas para final de año, suponen un problema añadido porque los partidos tienen miedo a 'mojarse' y descubrir así sus estrategias

ANDRÉS SUÁREZ

Martes, 21 de abril 2015, 00:14

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Hace mucho que se acabó el tiempo de las mayorías absolutas en Asturias, la última en la primera legislatura de Vicente Álvarez Areces. También son cosa del pasado los pactos 'cómodos', aquellos que entre rifirrafes más o menos escenificados acababa sellando el PSOE con su aliado tradicional de IU. Lo sucedido tras los comicios de 2012, con un equilibrio a tres bandas con UPyD de por medio, fue un aperitivo de lo que está por llegar, con una Junta General que a la vuelta del 24-M puede estar configurada por hasta siete grupos en un clima de fragmentación nunca visto hasta ahora. El acuerdo se venderá caro, con los partidos históricos, PSOE y PP, desconfiando de los emergentes, Podemos y Ciudadanos, y con unas elecciones generales a final de año que limitan el margen de maniobra de todos a la hora de moverse y descubrir sus cartas.

Las complicaciones a la hora de pactar son numerosas. Los acuerdos 'fáciles', caso del ya citado entre PSOE e IU, son imposibles por una mera cuestión de aritmética. La irrupción de Podemos acabará restando votos a ambas fuerzas, que en ningún caso llegarían a sumar 23 escaños. En el ámbito de la derecha un entendimiento natural en términos ideológicos sería el de PP y Foro, pero aunque pudiera alcanzarse -que parece difícil vistos los antecedentes- tampoco se llegaría a esa cifra mágica. Es entonces cuando entran en escena los nuevos partidos, llamados a jugar un peso capital en la próxima legislatura.

La hipótesis de un pacto con Podemos de por medio apunta al PSOE, pero tal planteamiento parece hoy una quimera. La campaña del partido que lidera Emilio León se centra en una crítica frontal a la política tradicional, a la 'casta', así que un consenso con quienes la integran se presume inviable. Y tampoco es que a Javier Fernández tal escenario le entusiasme. «¿Tomaría usted café con alguien que dice que eres casta y te tira al cesto de la ropa sucia? Con alguien que me trata de esa manera no tomo café», espetó en una entrevista.

En los pasillos del Parlamento también se especula -ayer con especial interés después de las recientes declaraciones de Mercedes Fernández- con un pacto entre el PP y Ciudadanos. La presidenta de los populares no mostró el domingo gran emoción al ser preguntada a ese respecto, esgrimiendo las diferencias fiscales como escollo. En el PP no parece haber un discurso claro sobre la política de acuerdos, toda vez que ayer el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, situó a Ciudadanos como aliado de futuro más factible para su partido.

Geometría variable

Ciudadanos, mientras, evita entrar en una polémica abierta. Su candidato, Nicanor García, cree que las afirmaciones de socialistas y populares al referirse a los pactos reflejan «nerviosismo» y apela a escuchar el dictamen de las urnas. Deja claro, eso sí, que su partido no negociará por sillones ni cargos, que solo entrará en los gobiernos allí donde haya logrado mayoría para hacerlo y que sí se mostrará abierto a dialogar sobre políticas que faciliten la gobernabilidad de la región.

Hay, además, una variable adicional que condiciona tanto las hipótesis anteriores como la de una gran coalición PSOE-PP de la que tanto se ha hablado. Hay unas elecciones generales en ciernes, a finales de este año o comienzos del que viene, y eso condiciona los movimientos de todos los partidos. ¿Qué quedaría del mensaje regenerador de Podemos si apoya ahora al PSOE? ¿Qué pasaría con la centralidad de Ciudadanos si pacta con el PP? ¿Qué mensaje trasladarían socialistas y populares para las generales si pactaran en Asturias? Así, a día de hoy, el escenario más probable pasa por un presidente en minoría que gobierne jugando con la geometría variable, esto es, buscando acuerdos puntuales con las distintas fuerzas en función de cada caso.

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