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Paula De las Heras
Martes, 7 de julio 2015, 16:16
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No habrá ninguna sanción estatuaria que afecte a su condición de líder de los socialistas gallegos en tanto no se le abra juicio oral, pero José Ramón Gómez Besteiro tendrá que renunciar a su deseo de ser senador de designación autonómica mientras siga imputado por delitos relacionados con corrupción, y así lo ha asumido él mismo, según fuentes de la dirección del PSOE. El líder del PSdG se desplazó ayer a Madrid para reunirse con Pedro Sánchez y comunicó al secretario general que acepta dar, de momento, ese paso atrás.
El gesto viene a librar a Sánchez de una situación incómoda que ponía en entredicho su discurso de regeneración. El empeño en no actuar contra Besteiro chocaba frontalmente con la decisión ejemplarizante tomada recientemente contra los expresidentes de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán y contra los exconsejeros Gaspar Zarrías y José Antonio Viera, a quienes se obligó a renunciar al acta parlamentaria después de que el Tribunal Supremo ratificara su imputación en el 'caso de los ERE' (aunque Viera prefiriera dejar el partido).
Aún así, siguen existiendo diferencias en cuanto al trato recibido por el secretario general del PSdG -afín a Pedro Sánchez en la pugna soterrada con sus críticos- y el que se dio, por ejemplo, a los usuarios de las 'tarjetas black' de Cajamadrid, suspendidos de militancia el pasado octubre en un procedimiento exprés. La dirección socialista se aferra a que está cumpliendo su código ético, en el que se establece que es la apertura de juicio oral lo que debe determinar la exigencia de responsabilidades políticas a los cargos del partido inmersos en causas judiciales, aunque, en función de la gravedad de los hechos, los órganos competentes puedan tomar resoluciones previas.
La normativa interna deja así un resquicio a la subjetividad. Y Sánchez ha considerado que en el caso de Gómez Besteiro, a quien la juez imputa posibles delitos de cohecho, tráfico de influencias y prevaricación en la concesión de unas licencias urbanísticas, no es suficientemente escandaloso como para tomar decisiones drásticas. El propio líder del PSdG, que se comprometió a tener informado al partido de su situación procesal "al minuto", insiste en que no hay causa y confía en que se le levante la imputación una vez haya prestado declaración.
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