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Alfonso Torices
Viernes, 28 de agosto 2015, 15:03
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El Gobierno, y por lo tanto Mariano Rajoy, ha vuelto a un discurso sobre la reforma constitucional idéntico al que ha mantenido durante toda la legislatura. Después de un mes de agosto abriendo la puerta a negociar con los demás partidos cambios de calado en la Carta Magna, incluso en 2016, tal eventualidad se ha esfumado y ahora el Ejecutivo ya no ve posibilidad alguna de abordar la hipotética reforma porque cree que ni hay consenso sobre qué hacer ni posibilidades de pacto.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, contestó hoy a la pregunta exactamente con la misma argumentación que en los cuatro años anteriores. "Claro que es posible reformar la Constitución", pero para hacer algo que no ve "prioritario" para España deben cumplirse al menos dos condiciones: un objetivo claro y consensuado y que la reforma sea para que el Estado sea más eficiente y no para buscar determinadas salidas puntuales.
Sáenz de Santamaría aseguró que, "sinceramente, el consenso no existe y los proyectos de cada uno son muy dispares". También tiene claro que ni el Ejecutivo ni el PP va promover cambio alguno de la estructura territorial de España -ni lo va a permitir- como guiño para contentar a los independentistas catalanes, facilitando un nuevo encaje de esta autonomía en España. No lo va a hacer porque cree correcto el actual Estado autonómico y, sobre todo, porque "es muy difícil contentar al que no está dispuesto a estarlo nunca". Defendió su desdén a otros proyectos, como el de la España federal del PSOE, porque ni le gusta ni tiene sentido, porque los independentistas "están en otra cosa".
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