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Septimo día de juicio por la muerte de la niña compostelana Asunta.
Las defensas de Porto y Basterra se aferran al «hombre del semen»

Las defensas de Porto y Basterra se aferran al «hombre del semen»

Tratan de convencer al jurado de que la coartada que lo sitúa en Madrid el día del crimen es dudosa

COLPISA

Jueves, 8 de octubre 2015, 11:53

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Ramiro Cerón, el hombre cuyo perfil genético coincide con el de la mancha de semen hallada en la camiseta que vestía Asunta cuando fue hallada muerta, y que llegó a estar imputado por este crimen, fue el protagonista de la octava jornada del juicio por el asesinato de la niña de 12 años, ocurrido en septiembre de 2013 a las afueras de Santiago.

Su declaración como testigo por videoconferencia, a petición de las defensas, fue utilizado por estas para hacerle un duro interrogatorio. La estrategia era poner de manifiesto ante el jurado popular sus «contradicciones» y «dudas» sobre la coartada del mismo, ya que el testigo aseguró haber pasado la tarde de la muerte de Asunta en compañía de su hermana y su novia en Madrid.

Cerón subrayó al jurado que «nunca» conoció ni vio a esta «niña, ni a los padres... ni a nadie de su entorno, y que conoce el caso por las noticias», pero los abogados de los dos acusados por asesinato, Rosario Porto y Alfonso Basterra, padres de la niña de origen chino, apretaron al testigo hasta que el presidente del tribunal intervino.

El juez recordó a los letrados que el episodio del semen hallado en la camiseta de la niña está archivado por la Audiencia Provincial de Madrid, después de que se reconociese un fallo en los laboratorios que provocó la contaminación de la muestra. El hombre fue imputado en su momento, pero después se levantó.

Por ello, el magistrado Jorge Cid Carballo acusó a los abogados defensores de realizar un interrogatorio «como si fuera un acusado» y de estar «bordeando el derecho del testigo». «Parece que le está haciendo un tercer grado», recriminó a la letrada de Basterra, Belén Hospido.

Las acompañantes de Ramiro Cerón en la cena, concretamente su hermana, su mujer y una amiga, corroboraron la misma versión de la cena en su declaración de ayer por videoconferencia.

Previamente declararon testigos pedidos por las defensas, como por ejemplo, una niña «muy amiga» de Asunta, de 14 años, que contó que en julio de 2013 recibió un WhatsApp enviado por la menor fallecida, en el que le decía «me han intentado matar», pero pensó «no era en serio» al ser Asunta muy bromista. Esta pequeña declaró por videoconferencia y se refirió a este episodio del que la menor fallecida «nunca» le volvió a hablar. En ese momento, Porto no pudo contener las lágrimas al escucharla.

La amiga de la pequeña relató, al igual que muchos de los otros testigos en lo que va de juicio, que la víctima era «muy feliz y bromista» y que se llevaba «bien» con su madre.

     

Relación maravillosa

     

En la misma línea, una amiga de la familia Porto, que tenía una relación muy intensa con Rosario, «más que de amistad, de familia», señaló en esta sesión que la relación entre madre e hija «era maravillosa» y que Charo tenía una «preocupación constante por su niña». Para ella era «un orgullo ser la madre de Asunta», declaró ante el jurado popular que deberá de decidir a finales de mes el veredicto del caso. Además, destacó que con Alfonso Basterra la relación era «estupenda». Esta persona fue quien recogió las cenizas de la menor.

Además, prestó declaración una vecina de la casa que Rosario tiene en Montouto, a las afueras de Santiago, donde los investigadores sitúan la muerte de la menor.

Esta joven estaba paseando a sus perros el 21 de setiembre en las inmediaciones de la casa de Porto acompañada de su padre, que ya declaró el miércoles, y vio salir a Rosario en coche. Pese a que estaba alejada del vehículo, confirmó que solo la vio a ella en el interior del mismo. Las declaraciones de nuevos testigos se prolongarán hasta el martes.

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