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Guillermo Martínez, ayer, en la Junta.
Los episodios de corrupción enfangan el debate de  la ley de transparencia

Los episodios de corrupción enfangan el debate de la ley de transparencia

A. SUÁREZ

Viernes, 4 de marzo 2016, 05:00

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Lejos de suavizarse, las relaciones entre el Gobierno y Podemos son cada vez más ásperas. El pleno de ayer sirvió para escenificar un nuevo enfrentamiento, esta vez a cuenta del proyecto de ley de transparencia y buen gobierno. El secretario general de la formación morada, Daniel Ripa, acusó a los socialistas de poner sobre la mesa un texto que, lejos de perseguir la corrupción, «amenaza a quienes quieren denunciarla e intenta ocultarla». Críticas que el principal responsable del documento y consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, tildó de «sarta de mentiras».

Ripa, que sacó a colación escándalos como el 'caso Villa', El Musel o el Gitpa, fue durísimo. Comparó al Ejecutivo con la China de Mao en la que se alentó a expresar la crítica al régimen para luego perseguir al disidente. Descalificó la dependencia de la oficina anticorrupción del propio Gobierno y señaló a Martínez: «¿Qué hará si recibe denuncias sobre otros consejeros de su Gobierno? ¿Las ocultará para que le deban pleitesía o las hará públicas para cortar sus carreras? ¿Está acumulando méritos para ascender en la FSA identificando disidentes? ¿A qué compañero se cargará primero?»

Unas acusaciones tan directas soliviantaron a Martínez, que tildó de «sarta de mentiras» las afirmaciones de Ripa, al que pidió «rigor y respeto». Defendió la total independencia de esa oficina anticorrupción y reiteró la oferta no para retirar la ley, como pidió Podemos, sino para modificarla aceptando, por ejemplo, las denuncias anónimas.

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