El Principado urge a Podemos a sumarse a una mayoría de izquierdas en Asturias

Para los socialistas asturianos, la única pega del resultado electoral es haber quedado por detrás del PP. Ser segundos deja un regusto amargo, es cierto, pero en la boca es mucho más jugoso e intenso el sabor de la victoria sobre Unidos Podemos, que amenazaba con un 'sorpasso' que hubiera representado un cataclismo para el PSOE. El portavoz del Ejecutivo, Guillermo Martínez, compareció ayer con la satisfacción evidente de haber resistido ese pulso. Y con un mensaje claro que poner sobre la mesa, con Podemos, una de las dos fuerzas -la otra es IU- de la confluencia, como destinatario. Es hora, vino a reflexionar, de abandonar la actitud de bloqueo mantenida en estos meses y sumarse a un acuerdo del conjunto de la izquierda en Asturias, comenzando, a modo de aperitivo, por la negociación de la ley de buen gobierno y por la reforma fiscal.

Que no hubiera 'sorpasso' fue una buena noticia para el PSOE como partido, desde luego. Pero también para el Gobierno que preside Javier Fernández. Si la confluencia hubiera conseguido el objetivo, es más que probable que Podemos tuviera la fuerza para arrastrar a IU a su estrategia de beligerancia contra el gabinete socialista, que se hubiera quedado solo en la Junta General, colgado únicamente de la brocha de sus 14 diputados. Pero no ha sido así y el escenario cambia radicalmente. De hecho, la primera reacción de Izquierda Unida ha sido recalcar que su pacto de investidura con el PSOE sigue vigente y que -eso sí- será exigente e insistente en su cumplimiento. Ayer Martínez no quiso dejar pasar la ocasión para asegurar a su aliado puntual que trabajará para ejecutar ese pacto «en todos y cada uno de sus extremos».

La pelota queda ahora en el tejado de Podemos, obligado a gestionar un resultado electoral muy por debajo de las expectativas. Martínez aprovechó para meter el dedo en el ojo de la formación morada señalando que su estrategia de rechazar los acuerdos con los socialistas para ejercer como «ariete» de la derecha solo ha servido para «dar fuelle a la derecha», a un PP-Foro que, admitió, ha cosechado una victoria indiscutible.

El 26-J, para el también consejero de Presidencia, debería llevar a Podemos a dar un giro a su estrategia frentista y pasar a una política basada en la búsqueda de consensos que permitan hacer efectiva la mayoría de 28 escaños que PSOE, IU y la formación morada suman en la Junta. Desperdiciar esa «hegemonía» por la vía de mantener una tensión postelectoral difícil de justificar sería, en opinión de Martínez, «una irresponsabilidad». De ahí su emplazamiento a Emilio León y los suyos a «reflexionar» y dar un golpe de timón a su trabajo.

Desde el Gobierno, anotó el portavoz, hay «mano tendida» para comenzar a explorar consensos. Puso dos ejemplos. Una reforma fiscal, precisamente una de las cuestiones que más interesan a Podemos e IU, y la ley de buen gobierno. Martínez matizó que está prioridad de los acuerdos por la izquierda no excluye la participación del resto de partidos, caso de PP, Foro o Ciudadanos, en cuestiones de interés.