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ANDRÉS SUÁREZ
Lunes, 24 de octubre 2016, 07:36
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Madrid y Asturias son escenarios políticos diferentes e independientes y que el PSOE se vaya a abstener en el Congreso para permitir la investidura de Mariano Rajoy no debería afectar a la gobernabilidad en el Principado, donde los socialistas intentan maniobrar para llegar a acuerdos con Podemos e IU. Esa es la opinión del presidente de la gestora del PSOE y del Ejecutivo autonómico, Javier Fernández, que, preguntado ayer por EL COMERCIO por las posibles consecuencias que la decisión adoptada por el Comité Federal podría tener para Asturias, emplazó a Podemos a no mezclar ambos debates. Admitió, eso sí, que «tendremos un problema» si los de Pablo Iglesias toman esa vía en la Junta General.
Fernández es consciente de que su nuevo cargo al frente de la gestora del PSOE en un momento tan complicado para el partido, que acaba de tomar la decisión de facilitar el camino a la Moncloa a su histórico adversario, le dificulta las cosas a la hora de gestionar la situación de Asturias. Sostiene, y ayer lo remarcó en la comparecencia posterior al Comité Federal, que nada tiene que ver la política asturiana con la nacional. Que en el Principado se discute de la gestión de las políticas sociales, de la sanidad y de la educación, cuestiones en las que ve factible alcanzar acuerdos con la izquierda, mientras que en el ámbito estatal la realidad y las mayorías parlamentarias son diferentes. El problema es que su discurso choca frontalmente con el que mantienen Podemos e IU en la región, que ya han advertido reiteradamente de las consecuencias que tendría que el PSOE, como se confirmó ayer, se abstuviera para investir a Rajoy. En este clima, pactar en el Principado una reforma fiscal o unos presupuestos parece una quimera.
«Ni el PSOE ni yo tenemos hoy una posición menos de izquierdas que hace 20 días», argumentó Fernández para defender su posición y el deseo de su partido de llegar a acuerdos con Podemos e IU que permitan, por ejemplo, sacar adelante las cuestiones antes citadas: un cambio en la estructura fiscal o las decisivas cuentas regionales de 2017. La cuestión es que no parece que ni la formación que en la Junta lidera Emilio León ni la que encabeza Gaspar Llamazares se crean el mensaje del líder socialista. Que, no obstante, asume lo difícil del escenario. «Tendremos un problema», admitió, si Podemos apuesta por condicionar la política asturiana a las decisiones que se tomen en Madrid.
Para recalcar las diferencias entre Madrid y Asturias, Fernández lanzó un 'recado' a Iglesias al incidir en que mientras en la región se toman decisiones que pueden mejorar la prestación de servicios básicos como la sanidad o la educación, en el contexto nacional hay otros intereses. En ese punto recordó que cuando el PSOE de Pedro Sánchez y Podemos se sentaron a la mesa para tratar de conformar un gobierno alternativo, las aspiraciones del secretario general de la formación morada tenían que ver, por ejemplo, con la creación de un Ministerio de la Plurinacionalidad. Algo que el dirigente asturiano siempre ha entendido como una ocurrencia.
El también secretario general de la Federación Socialista Asturiana, que rechazó la hipótesis de que la abstención pueda abrir el camino a Podemos como primera fuerza de oposición en el Congreso, desbancando al propio PSOE, se esforzó además por desdramatizar el calado de la determinación adoptada ayer. «No creo que sea algo vergonzante», razonó, «abstenerse no es un apoyo».
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