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A. SUÁREZ
Miércoles, 26 de octubre 2016, 07:16
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El escenario nacional, y singularmente el viraje del PSOE hacia una abstención que permitirá la investidura de Mariano Rajoy, está afectando de lleno a la vida política asturiana. La reacción del único aliado -puntual, eso sí- de los socialistas en la Junta General, Izquierda Unida, fue anunciar un nuevo enfoque de sus relaciones desde una posición mucho más distante y exigente. La respuesta llegó ayer de boca del presidente del Principado, Javier Fernández, que alertó a los responsables de la coalición de que la única alternativa a un gobierno liderado por el PSOE en la región es el PP. Una reflexión que encendió aún más los ánimos en IU.
Fernández, en una conversación informal posterior a la comparecencia en la que dio cuenta de su reunión con el Rey, vino a alertar del riesgo de que, con la izquierda sumida en la discrepancia, se allane el camino al PP en Asturias. Desde luego así lo interpretó el portavoz parlamentario de IU, Gaspar Llamazares, que respondió con irritación al presidente de la gestora del PSOE y del Principado, al que reprochó que se parapete tras la «amenaza» de un avance del PP que de producirse, anotó, sería responsabilidad exclusivamente suya y no de Izquierda Unida. «Fernández no es el más autorizado para utilizar la amenaza del PP en Asturias si consiente su continuidad en España», dijo.
Fernández y Llamazares chocaron frontalmente. El primero retó al segundo a explicar qué puntos del acuerdo de investidura entre ambas fuerzas ha incumplido el PSOE sobre los que se podría justificar una ruptura de relaciones. Y señaló que en ningún capítulo del mismo se establece como elemento de fractura una posible abstención socialista en Madrid. El portavoz de IU, por su parte, le contestó que el «consentimiento» de un gobierno central del PP «incumple» el pacto porque «infraestructuras, industria o minería serán imposibles» con Rajoy otros cuatro años en la Moncloa.
El distanciamiento entre PSOE e IU deja muy tocada la posición de Fernández y su gabinete, con el reto de los presupuestos regionales de 2017 a la vuelta de la esquina. Tanto IU como Podemos sospechan que los socialistas acabarán mirando a la derecha para sacar adelante las cuentas, como ya hicieron en 2015. «A nosotros no se nos ha pasado por la cabeza negociar los presupuestos ni mucho menos una moción de censura con el PP», reflexionó Llamazares. «Pero no estoy seguro de que la FSA haga lo mismo», apostilló, convencido de que una planificación económica negociada con los populares sería «mala» para los asturianos y solo beneficiaría a la formación de Mercedes Fernández.
A vueltas con la fiscalidad
¿Habrá pacto PSOE-PP? No parece descabellado aunque es pronto para que esa hipótesis pudiera cuajar. Tanto el Gobierno como el PSOE insisten en que la prioridad es un acuerdo por la izquierda, con Podemos e IU, si bien el portavoz socialista, Fernando Lastra, no cerró ayer la puerta al diálogo con los populares pero con la condición de que renuncien al «imposible» de la eliminación total del impuesto de Sucesiones. Mercedes Fernández, al menos de momento, no cede en sus pretensiones e insistió en ese planteamiento para acabar con un tributo «injusto y confiscatorio».
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