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Lalo Azcona, a la derecha, departe con Rufino Orejas, presidente de Industrial Química del Nalón, y con el presidente de Fade, Pedro Luis Fernández, antes de la charla.
«Asturias no puede  estar más en prórroga»

«Asturias no puede estar más en prórroga»

Advierte contra la «polarización» del país y avisa de que en la democracia española se ha «perdido el espíritu del consenso»

OCTAVIO VILLA

Miércoles, 9 de noviembre 2016, 09:56

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El periodista y empresario ovetense Ladislao Azcona expresó ayer ante un selecto auditorio, reunido en el Hotel Ayre de Oviedo por 'Asturias Punto de Encuentro' con el patrocinio de Liberbank, su convencimiento de que «Asturias no puede estar más en prórroga presupuestaria, porque eso limita las oportunidades de inversión» para una comunidad que «cumple con su déficit».

Azcona, que preside la empresa Tecnocom, con 6.500 empleados y presencia en diez países, hizo una intensa defensa de la figura del presidente del Principado, Javier Fernández, de quien dijo que «puede liderar una política de pactos de forma inteligente, pese a que haya quien trate de torpedearlo, y la primera oportunidad en Asturias son los presupuestos de 2017». Fue más allá en sus elogios al también presidente de la gestora del PSOE, sobre quien dijo que «si yo votase en Asturias, votaría a Javier Fernández, que al frente de la gestora ha tenido un papel que aquí no se ha valorado suficientemente. Es más, en Asturias es donde más se le ha criticado por su papel al frente de la gestora, y asumir esa responsabilidad era un lío del diablo», pese a lo cual «este paisano llega y lo hace muy bien. Me llama la atención que en Madrid todos lo reconocen, y aquí no, sobre todo porque no se ve que lo haga bien -al frente de la gestora del PSOE- porque tenga más ambiciones políticas».

El discurso de Azcona, titulado 'Cambios políticos y nueva comunicación' , versó en muy buena medida sobre el papel del periodismo en la vida política española, pero sobre todo, a lo largo de los sesenta minutos en los que demostró su manejo del escenario con un tono ameno y cercano, advirtió en varias ocasiones contra la «polarización» que se ha «adueñado de la escena política».

Habló Azcona de tres fases en la historia política reciente de España. En la primera, la de la Transición, «los profesionales llegaron a la política, para colaborar, de forma generosa», en un ambiente de «consenso en el que importaban tres ideas: traer la democracia, recuperar las libertades de todo tipo y modernizar el país. Como dijo Adolfo Suárez, se trataba de 'cambiar las cañerías mientras todos seguimos en el edificio'». La segunda fase fue «la de la profesionalización de las carreras políticas, hasta llegar a que en el último gobierno hay entre un 80 y un 90% de ministros que sólo han tenido vida política, dentro de su partido». Y ahora llega la tercera fase, en la que «la transformación más importante está en la izquierda», en la que surge «un grupo radicalmente nuevo, que se apoya en los defectos de 30 años de democracia y que utiliza la corrupción como arma arrojadiza contra el propio sistema democrático».

Ve Azcona una particularidad española en un movimiento más generalizado de surgimiento de partidos radicalizados. El caso español es de una formación netamente de izquierdas que «no son fáciles de aceptar en el resto de Europa, donde vemos partidos estrictamente xenófobos, muy influidos por la llegada de inmigrantes, o netamente fascistas, que aquí serían inimaginables pero que han estado a punto de ganar en Austria, o ecologistas».

Frente a este escenario de polarización y simplificación de la política, Azcona aboga por «recuperar el espíritu de consenso que había en la Transición en España. Hay que hacerlo por las futuras generaciones, y quizá sea necesario que haya una amenaza clara para que nos decidamos a hacerlo».

En contraste, subrayó el periodista y empresario que buena parte del éxito de Podemos viene dada por su «inteligente utilización» de fórmulas de comunicación que hasta hace poco eran «de segundo nivel», como las «tertulias políticas». Y aquí Azcona soltó una interesante advertencia tanto a los partidos tradicionales como a las empresas de comunicación, ya que indicó que Podemos «ha utilizado un medio nuevo sin gastar un euro en publicidad. Y además, acierta, al vender una historia simplificada que su electorado les compra», máxime, cuando vivimos en un país en el que «todo se sabe, porque no hay forma de que las corporaciones o los poderes políticos paren la difusión de una noticia» y en el que hay «nada menos que 1.000 políticos imputados, en toda España, de todos los niveles, concejales, presidentes de comunidades autónomas, exministros y hasta partidos enteros».

También aprovechó Azcona para reivindicar el papel del periodismo como garante de la calidad de la política. En concreto, tuvo un momento de nostalgia por publicaciones ya desaparecidas como «Diario 16, Cuadernos para el diálogo, Triunfo o Madrid» y destacó el papel «de los periódicos como conformadores de la opinión», ya que «aportan la ventaja del análisis, el rigor y la profundidad en el tratamiento de los temas». Por ello, y con la perspectiva que le otorga su doble condición de periodista y empresario, advirtió del peligro que tanto para la profesión como para la sociedad supone el hecho de que en España «se han perdido 500 puestos de trabajo de periodistas este año» y es un sector «mal pagado, en el que faltan medios, personal y especialistas, y en el que todos hacen de todo».

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