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María Jesús Iglesias, acompañando a José Ángel Fernández Villa, en camilla, a su salida del HUCA.
«José Ángel no está exagerando su enfermedad», dice la esposa de Villa

«José Ángel no está exagerando su enfermedad», dice la esposa de Villa

La magistrada deberá determinar, una vez que el neurólogo ratifique su informe, si ordena o no al exsindicalista personarse en el juzgado a declarar

ANA MORIYÓN

Domingo, 4 de diciembre 2016, 08:26

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«José Ángel no está exagerando su enfermedad. Eso es mentira». La familia de José Ángel Fernández Villa quiere permanecer en un segundo plano en la guerra médica y judicial abierta para determinar si el ex secretario general del SOMA tiene o no capacidad para declarar ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo por el delito de apropiación indebida que se le imputa. «Es una cuestión que tendrán que decidir las personas a las que les corresponde», responde su esposa, María Jesús Iglesias, quien, en todo caso, niega que el exsindicalista esté tratando de simular un deterioro mayor al que realmente padece como estrategia para eludir algún tipo de responsabilidad penal. «Eso es mentira. José Ángel no está exagerando su enfermedad», zanja Iglesias.

Ella misma manifestó el pasado mes de octubre, durante el último ingreso hospitalario del exsindicalista, que Villa no tenía capacidad física ni mental para enfrentarse a un proceso judicial, llegando a relatar que sufría alucinaciones, hasta el punto de pensar que iba a volver a dirigir el sindicato y que Pedro Sánchez le había llamado para que ocupara el número tres de la lista del PSOE en unas elecciones generales.

Las sospechas de que José Ángel Fernández Villa pudiera estar exagerando los síntomas del deterioro cognitivo que tiene diagnosticado desde hace años cogen ahora fuerza con el último informe médico, a cargo de un experto en demencias, pero no son en absoluto nuevas. Desde que se conociera que regularizó en la amnistía fiscal la cantidad de 1,2 millones de euros, el exsindicalista permanece recluido en su domicilio de Oviedo y ha rehusado dar explicaciones allí donde se le exigieron -la Junta General, el sindicato SOMA, el juzgado- alegando sufrir «padecimientos médicos irreversibles». Dos informes médicos -el presentado por la defensa y el aportado por dos forenses que le realizaron una primera exploración solicitada por la magistrada que instruye el caso- ratifican este deterioro cognitivo agudo que le impide declarar.

Versiones contradictorias

Sin embargo, versiones contradictorias por parte de diferentes testimonios -incluido su notario y un neurólogo que le atendió en el HUCA- sembraron serias dudas sobre el verdadero alcance de su demencia. Tantas, que la jueza Simonet Quelle Coto aceptó un examen neurológico por parte de un experto propuesto por la acusación, a cargo del sindicato SOMA-Fitag-UGT y cuyos intereses defiende el bufete Ontier, que no ha hecho más que echar leña al fuego, al advertir de que Villa pueda estar exagerando los síntomas de su enfermedad.

El informe del neurólogo Alfredo Robles Bayón, redactado tras una exploración médica que tuvo lugar en el domicilio del acusado el pasado 11 de noviembre, hasta donde también se desplazó el fiscal Enrique Valdés-Solís y el secretario judicial, reconoce el deterioro cognitivo, pero no descarta que el grado de alteración que manifiesta sea superior al que realmente padece. La familia, sin embargo, niega que esto sea cierto.

El neurólogo deberá ratificar su informe y ofrecer las aclaraciones que se consideren oportunas ante la jueza, el ministerio fiscal y las partes personadas el próximo 14 de diciembre. Será a partir de ese momento, y en función de las conclusiones que extraigan, cuando la magistrada decida si ordena al acusado personarse en el juzgado o no. No es una cuestión baladí porque si finalmente se considera que Villa no tiene capacidad para defenderse ante un tribunal, podría quedar eximido de ser procesado por la denuncia interpuesta por el SOMA-Fitag-UGT, que le reclama 430.552 euros por gastos sin justificar.

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