Secciones
Servicios
Destacamos
Andrés Suárez
Viernes, 9 de diciembre 2016, 03:57
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Cómo encajar a IU y PP en un mismo acuerdo presupuestario. Es el reto que tiene por delante el PSOE, consciente de que la opción más realista a estas alturas para sacar adelante las cuentas de 2017 es una operación a varias bandas de la que formen parte las tres fuerzas y también Ciudadanos, dejando a Podemos y Foro en el 'frente del no'. La cuestión es que para conseguir ese objetivo será necesario hacer equilibrios en el alambre. Los socialistas tienen muy avanzadas las conversaciones con Izquierda Unida. La cuestión es cómo atraer a los populares a una suerte de consenso, otorgándoles cesiones de calado que puedan 'vender' en público pero que no fracturen el entendimiento previo con Gaspar Llamazares y los suyos. Un rompecabezas que exigirá la mayor finura de los negociadores.
El proceso, con el día 21 -límite para la presentación de enmiendas de totalidad orientadas a tumbar el proyecto- como fecha tope, se desenvuelve acotado por varios factores. Con Podemos hay ya poco que hablar porque las conversaciones previas al registro del presupuesto en la Junta General terminaron en fracaso y desde entonces el diálogo ha quedado congelado. Y la opción de un acuerdo circunscrito a PSOE y PP tampoco se contempla porque los socialistas no están por la labor de dar un viraje radical al discurso político mantenido durante la legislatura y tampoco de romper las amarras con IU, cuyo voto resultó decisivo para la investidura de Javier Fernández como presidente.
Con esos condicionantes, la intención de los dirigentes del PSOE y del Gobierno es aprobar las cuentas con el voto favorable de sus 14 diputados y la abstención de IU, Ciudadanos y PP. Con los primeros los contactos son fluidos y no habría, en apariencia, mayor problema. Con los segundos las conversaciones van tomando ritmo -esta mañana está prevista una reunión- y los socialistas ven factible, con el compromiso de un mayor esfuerzo inversor, arrancar el aval de la formación naranja. La clave, pues, estaría en el PP, que en el primer intento negociador, el viernes de la pasada semana, respondió con una negativa a la petición de una abstención.
En las filas socialistas se asume que el PP necesita de un banderín de enganche que le permita 'vender' ante los suyos un hipotético consenso presupuestario. Aunque hay un avance en el impuesto de Sucesiones, cuyo mínimo exento sube a 200.000 euros, el resultado queda muy lejos de la supresión defendida por los populares y con el proyecto ya registrado en la Junta el capítulo de ingresos es intocable. Así que o se pactan compromisos de revisión del tributo a futuro o hay que negociar el gasto.
El PP requiere de cesiones sustanciales sobre las que poder defender una hipotética abstención -o llegado el caso un 'sí' que le permita esgrimir el discurso de la responsabilidad y el sentido de estado y de paso no compartir voto con IU- pero, a la vez, el PSOE necesita que esas contrapartidas sean asumibles para Izquierda Unida. La coalición ha mostrado en estas semanas un perfil negociador, incidiendo en la conveniencia de evitar otra prórroga pero, desde luego, no a cualquier precio. «No podemos subir la manta para tapar la cabeza y dejar los pies al descubierto», dice, metafóricamente, un socialista.
La incorporación de Ciudadanos allanaría la negociación para el PSOE. El acuerdo conviene a las dos partes. Para los primeros supone la posibilidad de demostrar que tienen influencia parlamentaria y evitar la imagen de soledad de esta primera parte de la legislatura. Para los segundos es un soplo de oxígeno que ensancha la base del acuerdo presupuestario y mete presión al PP, que asumiría la responsabilidad de decidir si hay o no nuevas cuentas el año que viene. El Gobierno y la formación naranja se reúnen esta mañana en el Parlamento para explorar las opciones de pacto.
A todo esto, Podemos, fuera de la negociación, no baja el tono. Su secretario general, Daniel Ripa, habló ayer de un «cambio de cromos» según el cual el PP devolverá con el presupuesto al PSOE el favor de la investidura de Mariano Rajoy.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.