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Fernández Villa acudió al juzgado para una prueba forense, pero se negó a declarar.
Villa se presentó con un dinero «revuelto» que llegó al banco en una maleta con ruedas

Villa se presentó con un dinero «revuelto» que llegó al banco en una maleta con ruedas

Postigo fue quien pidó primero al asesor que regularizase su dinero y luego le solicitó que hiciera lo mismo con el de Villa porque se «iba a volver a casar»

C. GARCÍA / A. MORIYÓN

Jueves, 15 de junio 2017, 01:11

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José Antonio Postigo decidió acogerse a la amnistía fiscal de 2012 y fue él quien preparó el terreno para que José Ángel Fernández Villa hiciera lo mismo. Todo comenzó con una inspección de Hacienda. Recibió una carta en su domicilio de la Agencia Tributaria. Le reclamaban documentación de tres años para explicar ingresos y cuentas que no cuadraban. No lo dudó y decidió acudir a los servicios profesionales del asesor fiscal del Montepío de la Minería para resolver ese encontronazo con Hacienda, que se saldó, como ocurre en estos casos, con una multa. «Tienes un trabajo extra», le espetó a Fernández. Y así comenzó la historia que cinco años después colea. Esa es la versión que relató el exasesor fiscal José Manuel Fernández ante la jueza y los fiscales anticorrupción en su declaración en los juzgados de Oviedo.

De ese primer tropezón con Hacienda el expresidente pagó la sanción e hizo borrón y cuenta nueva. Justo esa misma semana un amigo le contó que el Gobierno abría un periodo de regularización de ingresos opacos al fisco y decidió aprovecharlo para hacer aflorar un dinero que tenía en casa. Según su versión, se lo habría dado su padre, de la venta de unos terrenos durante el boom inmobiliario en Torre del Mar (Málaga). José Manuel Fernández nunca dudó que todo era legal. El padre de Postigo estaba enfermo y no era buen momento para que firmara ningún documento y tributar por donaciones, así que continuó el proceso confiando en la palabra de Postigo. Resuelto lo suyo, este pensó en su gran amigo José Manuel Fernández Villa.

Había estado un tiempo separado de su mujer, María Jesús Iglesias, y ahora que habían pensado en volver a casarse quería regularizar todo el dinero y compartirlo con su pareja. Así que con esa idea Postigo llamó al exasesor. «Oye, que Villa también tiene un dinero en casa porque estaba separado y ahora quiere volver con su mujer. ¿Podemos hacer lo mismo?» Dicho y hecho. Fernández tampoco vio en este caso nada raro en que Villa guardara en su casa 1,2 millones de euros. Pensó que «no se trataba de un traficante de drogas, ni de armas, ni de seres humanos» así que «¿por qué sospechar que su procedencia no era legal?». Le pareció normal.

Concertaron la cita y a la mañana siguiente llegó el exlíder sindical con todo el dinero. No estaba en fajos, ni ordenado por cantidades, al contrario, «estaba todo revuelto». Así que lo primero que había que hacer era ponerlo encima de la mesa, contarlo y ordenarlo. Los 1,2 millones de euros pasaron esa noche en el despacho de José Manuel Fernández. Al día siguiente comenzaron las gestiones. A Villa le daba igual el banco en el que decidieran regularizar su dinero, solo tenía un petición: que no fuera la Caja de Ahorros de Asturias.

La primera puerta que tocaron fue la del banco Santander, pero algo no les debió de convencer y la entidad les puso más de un escollo que les obligó a cambiar de entidad. Por aquel entonces el exasesor conocía a uno de los directivos del BBVA y ahí, según su versión, se encontraron con las puertas abiertas.

Pese a que acumula años de experiencia como asesor fiscal cuenta a Anticorrupción que no sabía cómo gestionar la regularización ni qué modelos había que cubrir así que se dejó asesorar por el banco. ¿Un asesor asesorado? A los fiscales no les cuadra. Parece ser que cambió varias veces de versión para explicar la procedencia del dinero de Villa. A día de hoy tiene claro el proceso, pero no recuerda las explicaciones que ofreció a los bancos. Se lo recordaron los fiscales. Según su documentación al Santander les contó que procedía de transacciones comerciales, y al BBVA de una herencia. No le convencieron mucho las palabras de Ignacio Stampa y de Carmen García Cerdá y en su declaración se salió por la tangente. «No sé de dónde viene el dinero de Villa. Y en el caso de Postigo se lo había dado su padre y eso no es una procedencia ilegal». Sin más.

Durante más de dos horas de declaración los entresijos de cómo fue el proceso de regularización del dinero de Villa y Postigo lo «tenía clarísimo», pero respecto a sus cuentas todo son lagunas. Ni siquiera recuerda que en su declaración de la renta de 2008, por ejemplo, se afirma qe realizó una compra de más de 700.000 euros a principios de año y a medias con su mujer para meses después, venderlo por un valor superior. Tampoco de que, realizó un ingreso de 155.000 euros en una de sus cuentas, ni por qué. «¿Qué yo ingresé qué?», espetó. «No estoy acostumbrado a tanto dinero. Se lo juro por dios que no me acuerdo de eso ni de los 155.000 euros, ni de los 700.000. Yo mismo me quedo alucinado de que pude yo comprar con mi mujer, si solo tenemos un piso. No paro de darle vueltas», comentó.

No se acuerda de eso, ni tampoco sabe explicar por qué continúa pagando 300 euros por una caja de seguridad en el banco Santander a la que no ha vuelto desde que apareció en los medios de comunicación, en 2014, la regularización del dinero de Villa y Postigo. Ese fue el último día que la pisó. «Una casualidad», concluyó.

Los otros denunciados

Además de Villa y Postigo, están denunciados la esposa e hijos del primero (María Jesús Iglesias, Rolando Fernández y Ángela Fernández), la exesposa e hijas del segundo (María Elena Pérez, María Elena Postigo y Patricia Postigo) y su actual pareja, Dorina Bicher, junto al constructor Juan Antonio Fernández, el arquitecto Manuel Sastre, el arquitecto técnico Vicente Fernández, el asesor jurídico Rafael Virgós, la empresaria de limpiezas Rodica Daniela Timis, el proveedor Jorge González Muñiz y el asesor fiscal José Manuel Fernández, que fue quien indicó a Villa y a Postigo cómo debían hacer para acogerse a la amnistía fiscal que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, abrió en 2012 y que el Tribunal Constitucional acaba de anular.

En dicha amnistía, Villa regularizó 1.200.000 euros de dinero opaco para el fisco, mientras que Postigo, junto con su hija Patricia, sacó a la luz 436.100 euros, si bien la documentación del caso apunta a que pudo haberse llevado, con las operaciones de la trama, ''mucho más dinero''. De hecho, a Postigo se le atribuye que, en connivencia con Rodica Daniela Timis, habría inflado artificialmente las facturas de la limpieza de las instalaciones del Montepío en Roquetas (Almería) y Los Alcázares (Murcia) en más de 300.000 euros, que se habrían embolsado.

Durante el largo registro del domicilio de Villa, que se efectuó en presencia de su abogada, Ana García Boto, los agentes encuentran en una bolsa de tela color beige que estaba en la balda superior, una caja fuerte pequeña, rectangular, de color rojo, que contiene diversos fajos de dinero y otros efectos''. También, ''en la parte central del armario, un pequeño neceser azul oscuro que contiene diversas monedas grandes que ponen que son de oro o de plata, según el caso''.

Los fajos de billetes de 50 euros son cinco, cada uno de ellos divididos en pequeños fajos de 20 billetes de 50 euros. En total, son 28 fajos de 20 billetes de 50 euros en cinco bloques, totalizando 28.000 euros que José Ángel Fernández Villa guardaba en la habitación más próxima a la cocina de su casa, pese a que desde hacía tres años sabía que estaba siendo investigado y que en cualquier momento podría ser sometido a un registro domiciliario.

En el neceser azul había doce monedas mexicanas de una onza de plata, cinco monedas de cinco pesos empaquetadas con celo, otras cinco monedas de 50 ecus de 1987, una moneda de Sudáfrica, dos monedas de oro de 50 pesos mexicanos, otras dos monedas de plata mexicanas con la inscripción 'expropiación petrolera' y el símbolo de 100 dólares, otra moneda mexicana de plata y monedas sueltas de un dólar estadounidense de plata, siendo éstas últimas un total de 20 monedas.

Junto a todo esto, los agentes se incautaron de abundante documentación, entre la que figuran varias libretas de anotaciones personales de Villa.

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