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A. S.
OVIEDO.
Jueves, 11 de enero 2018, 07:33
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Todo balance tiene dos caras y mientras que la nueva dirección de la Federación Socialista Asturiana, con Adrián Barbón al frente, hace una lectura favorable de sus primeros cien días al frente del partido, quienes mantienen una posición crítica ponen numerosos reparos a esa lectura. Ha molestado, sobre todo, el que Barbón defienda su gestión «sobre el menosprecio» a la labor de la ejecutiva saliente, según señalan dirigentes de este sector consultados por este periódico.
Esa valoración tiene que ver con dos reflexiones que Barbón incluyó en su balance. En primer lugar, el hecho de que la nueva ejecutiva se haya reunido más veces en estas primeras semanas de trabajo que la anterior en los nueve primeros meses de 2017: seis frente a tres. También por su referencia a que la federación, después del reciente congreso autonómico que escenificó el cambio al frente de la dirección, «ha recuperado su perfil y discurso propio».
«Como si la FSA no hubiera tenido perfil y discurso propio en estos años», lamenta, irritado, un representante de los 'críticos', que ve un intento de hacer «tabla rasa» borrando la trayectoria reciente de la federación, con Javier Fernández al frente. Con aciertos y errores, admite, pero que se ha visto reflejada en victorias electorales tanto en el plano autonómico como en el municipal. «Y eso no se puede hacer desaparecer de un plumazo», asevera.
Entienden los 'críticos' que es razonable que Barbón quiera hacer una lectura favorable a sus intereses de estos primeros meses de actividad, pero lamentan que lo haga a costa de «atacar» a sus predecesores. Opinan, además, que deslizar ese discurso no es precisamente la mejor forma para tratar de sellar las heridas profundas que permanecen abiertas en el partido. Interpretan, de hecho, que es un mensaje orientado a «pasar facturas del pasado» que se constatará con toda su fuerza cuando toque elaborar las candidaturas para las elecciones locales y autonómicas de 2019.
En este sector de descontentos con la dirección socialista se considera asimismo «desmedido» que la nueva dirección se apropie como un éxito del diálogo con la izquierda asturiana, singularmente con IU, un contacto que en el PSOE «nunca dimos por roto».
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