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ATLAS ESPAÑA
Miércoles, 21 de marzo 2018, 18:45
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Siete años desde los primeros registros, seis desde la primera declaración de Urdangarin, dos desde que empezó el juicio y uno, el plazo medio, desde que se dictó sentencia. El caso Nóos llega al Supremo en el plazo habitual sin que él y sus compañeros de banquillo hayan puesto un pie en prisión. ¿Por qué? En primer lugar, porque la sentencia no es firme y no lo será hasta que hable el Supremo. Además, y eso es importante, no tiene otras causas pendientes. Cada mes comparece en un juzgado y la pena no se considera tan elevada como para huir. La Fiscalía pidió su entrada inmediata en la cárcel, en vano. También pide elevar la pena de seis a diez años de cárcel. Todo en manos de la sala segunda del Supremo. La decisión, y su posible entrada en prisión, es cuestión de meses, aunque a Urdangarin aún le quedaría otro cartucho: el recurso de amparo al Constitucional.-Redacción-
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