Secciones
Servicios
Destacamos
ELENA S. HERRERO
Jueves, 14 de junio 2018, 16:39
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
La felicidad se vive y se siente de muy distinta forma. Y, mientras que hay personas que aseguran no conocerla, otras en cambio la encuentran en ayudar a los demás. En ese segundo grupo se encuentra Ana Medrano, quien, desde hace 25 años, reparte su felicidad gracias a Aldeas Infantiles.
Esta zaragozana de 48 años lleva viviendo en Gijón desde 2001 por cuestiones laborales, así que ya se siente asturiana de adopción. Y, en su día a día como bancaria, ve pasar mucho dinero por sus manos.
Quizá todo ese dinero le despertó la necesidad de ayudar a los que menos tienen. Y es que, desde que encontró su primer empleo en Zaragoza, tuvo claro que quería contribuir al bienestar de los demás.
«Por aquel entonces, conocí Aldeas Infantiles y me ofrecieron ser socia. Justo empezaba a trabajar y quería ayudar de alguna forma», explicaba ayer, emocionada, tras la noticia de que la organización había sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2016.
Ana también es madre de dos pequeños y quizá esa sea otra de las razones por las que colabora con quien protege, acoge y acompaña a niños y niñas de todo el mundo, ofreciéndoles la posibilidad de tener eso que los hijos de Ana tienen: una familia y un hogar. «Conocer su situación te hace pensar muchísimo en que todos somos muy egoístas», reflexionaba esta mujer que se quita importancia: «Simplemente, doy mi ayuda económica y acudo a algún acto, aunque me planteo acoger y animo a todo el mundo a hacerlo». Y, sin embargo, personas como ella son la savia de una organización que se nutre con las aportaciones de padrinos y voluntarios que quieren compartir su felicidad.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.