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Edgar Degas. Antes de la carrera, ca.1895. / Colección Flynn
Degas secreto
arte

Degas secreto

La colección Flynn saca a la luz las obras más delicadas e intimistas del heterodoxo maestro impresionista

MIGUEL LORENCI

Martes, 11 de febrero 2014, 19:39

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Fue el más atípico y heterodoxo de los impresionistas. Mientras que la mayoría de sus colegas de 'ismo' se entregaban con fruición al paisaje, el interés primordial de Edgar Degas (1834-1917) estuvo en sus semejantes. Su entorno más inmediato, en especial las mujeres, fue constante fuente de atención e inspiración para este creador aclamado por sus coloristas pasteles y pinturas de bailarinas y jinetes. Pero detrás del poderoso atractivo y del dominio técnico que exhibe en sus obras mas conocidas hay miles de horas consagradas al dibujo, el grabado, los monotipos, la fotografía e incluso a la escultura. Y es que Degas practicó con intensa pasión todas estas disciplinas, aunque mantuvo poco menos que en secreto sus logros en estos ámbitos. Ahora los desvela una interesante muestra que llega a España 125 años después de la visita a nuestro país de un artista que anhelaba ser "ilustre y desconocido".

'Edgar Degas. Impresionistas en privado' se titula la exposición que ofrece la Fundación Canal hasta la primavera. Es una reivindicación de este delicado y desconocido Degas que se pone a prueba en sus bocetos, dibujos y estampas junto a trabajos de algunos de sus coetáneos. Lo más interesante y valioso de la muestra son los 21 dibujos que Degas conservó hasta su muerte, que siempre estuvieron en su taller y que no se habían exhibido casi nunca. Piezas como dos tempranos autorretratos -'A la manera e Filippino Lippi (1854) y 'De perfil (1854)- que persiguió durante décadas y logró adquirir Robert Flynn Johnson, coleccionista estadounidense, mecenas y especialista en arte impresionista.

Historiador del arte y conservador emérito de la Achenbach Foundation for Graphic Arts del Fine Arst Museum of San Francisco, Flynn es el propietario de colección de más de cien obras sobre papel del artista y de su círculo más cercano. Piezas que desvelan al Degas más íntimo y raro y que nunca antes habían sido expuestas en conjunto. "Reunirlas permite explorar la personalidad y la base de la creatividad de uno de los artistas de mayor talento, inteligencia y complejidad de la historia del arte" sostiene Flynn, también comisario de la muestra.

Agudeza

La obra pública de Edgar Degas "no habría sido posible sin su experimentación privada través de estas obras que no fueron concebidas para ser expuestas, sino para su uso privado". "A través de ellas se revela una parte de su intimidad, de su personalidad y también su proceso creativo" insiste Flynn. Asegura que el "profundo interés por entender al ser humano" es el motor de la obra de Degas a quien señala como "el observador más agudo de la naturaleza humana que el arte haya tenido desde Rembrandt".

El recorrido recrea el yo privado de Degas y permite calibrar la importancia de su entorno para su obra. Familia, amigos, colegas y conocidos son el hilo conductor de esta muestra que desvela facetas muy poco conocidas del polifacético artista y su minucioso proceso creativo. Un Degas "tildado injustamente de esquivo y cínico por lo incisivo de su ingenio", lamenta Flynn, que destaca como el pintor recurría a sus apuntes y bocetos para crear sus cuadros, como experimentó en profundidad con la fotografía y con el grabado, "sus dos herramientas preferidas cuyos logros aplicó a su obra pictórica".

También con la escultura, "que practicó siempre pero que no exhibió nunca". En vida solo expuso una de sus famosas bailarinas de bronce, "pero jamás dejó de esculpir" recuerda Flynn. "Hoy se le tiene por uno de los grandes escultores del siglo XIX y se equipara su talento al de Rodin" se ufana el coleccionista, que exhibe una pequeña y rara cabeza de bronce.

Robert Flynn Johnson ha logrado atesorar a lo largo de casi cuatro décadas esta colección que incluye 24 dibujos, 20 grabados, ocho fotografías, tres monotipos, una escultura y una carta de Degas que "arrojan luz sobre un artista de enorme éxito en muchas disciplinas artísticas, pero muy reservado con respecto a su vida privada". Un Degas que visitó Madrid en 1889 para presenciar corridas de toros, deleitarse con los maestros del Prado y asegurar que "nada, absolutamente nada, puede dar idea de Velázquez".

Los dibujos y estampas de Degas se muestran junto a casi medio centenar de obras realizadas por miembros de su círculo de amistades. Algunos muy conocidos como Cézanne, Manet, Ingres, Fantin-Latour o Toulouse-Lautrec, y otros como Odilon Redon, Marcellin Desboutin o Henri Regnault, grandes artistas también, pero menos conocidos por el gran público.

Degas murió con 83 años, casi ciego y con sus facultades muy mermadas. Fue enterrado en la cripta familiar de Montmartre en un sepelio al que asistieron un centenar de conocidos. Dejó dicho que no quería responsos y pidió a su colega Jean Louis Forain que, de hablar alguien, fuera él: "tú te levantas y dices: 'Amó enormemente el dibujo. Igual que yo'. Y después te vas a casa".

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