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Cae en Santo Domingo 'El Nayo', uno de los chivatos que alertó de la venta de explosivos antes del 11-M

Cae en Santo Domingo 'El Nayo', uno de los chivatos que alertó de la venta de explosivos antes del 11-M

Tras diez años en busca y captura por tráfico de drogas y explosivos en el marco de la 'operación Pipol', fue detenido el 3 de noviembre por robar un coche en la isla

Leticia Álvarez

Martes, 25 de noviembre 2014, 04:33

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Diez años y ocho meses después de los atentados del 11-M, José Ignacio Fernández Díaz, alias 'Nayo', acaba de ser capturado en Santo Domingo, país al que había huido tras verse implicado en la 'operación Pipol' como socio de José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro Castro. La Policía le detuvo el pasado 3 de noviembre por el robo de un coche y ese hecho delictivo hizo saltar todos las alarmas y protocolos de extradición entre España y la isla caribeña. Al 'Nayo' le reclama la Justicia española por un delito contra la salud pública, es decir tráfico de drogas, y otro de depósito y tráfico de sustancias y aparatos explosivos, pero la relevancia de su nombre se explica porque este cántabro, de Torrelavega, residente hasta su fuga en Piedras Blancas, había avisado a la Policía, en abril de 2002, de que Toro y Trashorras, ahora condenados, uno por tráfico de explosivos y el otro por ser cooperador necesario en los atentados del 11-M, vendían dinamita a gran escala y guardaban al menos 400 kilos en un zulo en el concejo de Castrillón. Su información fue sellada como 'pasiva' por los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que le entrevistaron en el Centro Penitenciario de Villabona, adonde el 'Nayo' había dado a parar tras ser detenido junto a los dos avilesinos antes mencionados por una operación antidroga conocida como 'Pipol' y que se saldó con la incautación de hachís, pero donde también se encontraron 16 cartuchos de goma 2 ECO y 94 detonadores eléctricos. Fue en el tristemente popular garaje de la calle avilesina de Eloy Fernández Caravera, el mismo en el que Trashorras guardaba la mercancía que apenas unos años después puso en manos de los terroristas yihadistas segando la vida de 191 personas e hiriendo a casi dos mil, según sentencia de la Audiencia Nacional por los atentados del 11 de marzo de 2004.

Tras los atentados, José Ignacio Fernández Díaz puso tierra de por medio y recaló en Santo Domingo hasta que el pasado 3 de noviembre fue capturado por la Policía por haber robado, según consta en la orden de extradición a la que ha tenido acceso EL COMERCIO, un vehículo.

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