Borrar
El gijonés Lucas Cachero, Dj Wheel, junto a su profesor, Jonathan Álvarez.
La música electrónica como terapia

La música electrónica como terapia

El gijonés Lucas Cachero, con parálisis cerebral, cumplirá su sueño de ser Dj Wheel

José Cezón

Jueves, 25 de junio 2015, 00:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«La gente se queja por todo, hay que ser positivo», proclama Lucas Cachero con la autoridad de quien vive postrado en una silla de ruedas y con medio cuerpo inerte. Pero a este gijonés de 24 años, con parálisis cerebral de nacimiento, no le queda tiempo para lamentaciones, porque aspira a convertirse en disyóquey de música electrónica. Y ya sabe que ese sueño requiere disciplina y sacrificio. Mañana por la noche se estrenará ante el público en la carpa de la Tendrit Square, que capitanea Poetry in Motion, en el Festival Metrópoli.

«Sentía que la música me relajaba, me olvidaba de todo», explica el protagonista de esta historia aleccionadora, «así que pensé en dar un paso más y empezar a pinchar». Tras varias tentativas sin que le tomaran demasiado en serio, Lucas contactó hace cinco meses con el productor y dj asturiano Jonathan Álvarez (Tête de la Course), quien aceptó emprender la experiencia docente más enriquecedora de su vida. Le da clases dos horas a la semana con el célebre programa digital Traktor y le exige como a cualquier otro alumno. Lucas le devuelve lecciones de ilusión y optimismo vital, y le enseña a valorar las cosas que de verdad importan. La simbiosis perfecta.

La primera misión del profesor fue superar las reticencias de los padres y convencerles de la dignidad de un oficio, que ellos asociaban con friquis. Después ayudó al discípulo a encontrar su estilo. Quedó prendado al instante del género más cálido y sensual de la electrónica: el house americano de los Joe Claussel su ídolo, Lil Louis y maestros así. Le encanta también el franco-turco Dimitri From Paris. Y ni le hables de las estrellitas: «¡David Gueta, basura!», define contundente.

Trabajaron con tesón la mezcla con el hándicap de utilizar una sola mano y el ritmo, que fue lo más dificultoso. Paralelamente, Lucas se aficionó a la lectura y empezó a ver documentales para conocer el porqué de esta cultura musical. «Quiero que descubra que el house es también una forma de vida, que ayuda a la gente a liberarse», explica Joni. También le ha marcado un vídeo del actor Will Smith que habla de motivación personal y fe en uno mismo.

Producir música y...andar

La progresión del alumno ha sido notable y el maestro garantiza que ha mejorado la movilidad de la mano derecha y hasta se eleva en la silla. Lucas ya anuncia que los siguientes retos serán producir sus propios temas y... andar. «La música le está ayudando en su vida normal, porque le genera una corriente de energía positiva», subraya Joni. Su padre Héctor apunta que la evolución de Lucas «es más mental que física», pero le brinda todo el apoyo familiar. «Ojalá me jubile», bromea.

«Soy otro, tío. La gente que me conoce queda flipando conmigo», tercia el interesado. Lo mismo que le sucedió a él cuando descubrió recientemente las fiestas electrónicas en vivo. Hasta entonces sus salidas nocturnas se reducían a los garitos de pachanga. «Gijón está muerto», se lamenta.

Cuando llegó la hora de buscar un nombre artístico, Lucas exclamó sin titubeo: «¡Dj Ruedas!», aunque luego aceptó la sugerencia de trasladarlo al inglés. Dj Wheel deberá enfrentarse ahora al miedo escénico del debutante, pero seguro que saldrá airoso como buen merengue. Solo le pide al míster que le acompañe en la cabina. «Los nervios son buenos, porque sin ellos cometerías errores», le repite su mentor, en quien confía ciegamente. «Me está poniendo marcas y poco a poco lo estamos consiguiendo. Sin equipo, no hay nada, y mi equipo es como el de Cristiano Ronaldo», sentencia el pupilo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios