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Lunes, 20 de junio 2016, 19:55
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Sierra Yoder tuvo un embarazo con normalidad hasta la semana 22 cuando los médicos vieron que el bebé se estaba creando con un defecto congénito llamado encefalocele. Los doctores aseguraron a los padres que su hijo venía con una malformación que mataría al niño.
Meses más tarde nació Betley, pues los progenitores decidieron continuar con el embarazo. El niño, que tiene ocho meses, salió adelante demostrando a todo el mundo su fuerza y ganas de vivir.
Por su parte, el hospital infantil de Boston quiso ayudar al pequeño y le realizaron unas novedosas operaciónes. El proceso consistió en la introducción del cerebro del niño en su cabeza. Tras meses de investigación le hicieron tres complicados procedimientos con el fin de corregir la llamada 'encefalocele'.
Después del éxito de las intervenciones médicas Betley comenzará con su recuperación y la realización de terapia física. No obstante, no se sabe si quedarán secuelas porque la mayoría de los bebés que nacen con este tipo de enfermedades, tienen retrasos en el crecimiento y problemas de visión.
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