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Ciencia muy dulce en el Muja

Los pequeños llevaron a cabo los procesos químicos que permiten pasar de una textura grasa a una seca

TERRY BASTERRA

Domingo, 20 de noviembre 2016, 03:02

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La ciencia no tiene por qué ser una disciplina aburrida que guste solo a las personas mayores. Ni mucho menos. Un ejemplo son los talleres y visitas que se están desarrollando estos días en el Museo del Jurásico de Asturias (Muja), dentro de los diferentes actos que tienen lugar en la región con motivo de la Semana de la Ciencia.

Durante la mañana de ayer una treintena de personas, en su mayoría niños acompañados por sus padres, elaboraron su propio chocolate a través de diferentes procesos químicos y de varias disoluciones. Todo ello ante la desconfianza inicial de buena parte de los pequeños y sus progenitores, que después se transformó en caras de asombro y satisfacción tras saborear los dulces terrones de chocolate que ellos mismos habían elaborado y que se llevaron a sus casas.

El experimento que ayer realizaron consistía en que el elemento principal pasase de una textura grasa a una seca gracias a la química y a la utilización de diferentes elementos. Todo comenzó con una cucharada de nocilla en un bol al que se le aplican dos compuestos distintos como la maltodextrina y el alginato. Fueron los propios pequeños los que se encargaron de amasar la mezcla con sus manos hasta que a los pocos minutos la pasta de la nocilla acabó transformándose en arena y terrones de chocolate sin perder nada de su sabor. «Nos estamos divirtiendo mucho», decían las pequeñas Carolina y Sheila, de 9 años cada una, mientras amasaban el compuesto que más tarde probarían y que a algunos de sus compañeros les encantó, porque acabaron chupando hasta las cucharas que habían utilizado al principio del proceso.

Pero no solo trabajaron el chocolate. Las familias también elaboraron unos peculiares dulces con zumo de melocotón que, tras un proceso más largo y en el que fue muy importante la paciencia, como en toda la ciencia, acabaron degustando entre exclamaciones de sorpresa. Ya no era líquido lo que estaban probando, sino que, tras realizar unas esferificaciones, el exterior quedó endurecido y al masticarlo estallaba en la boca cual plato de la cocina más actual.

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