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Jueves, 23 de febrero 2017, 20:30
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Cada uno lleva el duelo como buenamente puede. Este es uno de los argumentos del matrimonio formado por Charlotte Szakács y Attila, protagonista de una historia que ha sorprendido a Reino Unido. Esta pareja, joven y primeriza, decidió vivir cuatro días con su hija muerta antes de enterrarla. La niña falleció con apenas un mes pero ellos quisieron pasar más tiempo con ella.
La pequeña Evlyn nació con una anormalidad cromosómica. Según publica ABC.es, el mismo día del parto confirmaron que su cerebro estaba sin formar del todo y que tenía obstruidos los pulmones y una aorta estrecha. El bebé falleció cuando apenas contaba un mes de vida.
En un primer momento, antes de que la niña falleciera, en el hospital les comentaron la posibilidad de llevar la niña a un hospicio especializado. Tras pasar allí unos días decidieron que no querían ver a su hija gastar sus últimas horas esclava de unos cables. Llegó un momento en el que eligieron desconectar a la niña y darle el mejor trato posible. Hasta que Evlyn falleció.
A pesar de que su muerte era previsible desde el mismo embarazo, Charlotte y Attila, de 21 y 28 años respectivamente, decidieron pasar varios días con su hija muerta antes de enterrarla. El matrimonio vistió al bebé, lo sacó de paseo e incluso se tomó fotografías con la pequeña, ya fallecida. La idea de la pareja era hacer con la menor lo que habían esperado durante nueve meses.
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