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El acusado, Rosendo M. S., durante el juicio celebrado este miércoles, en el momento en el que ha afirmado que la relación con su mujer "era buenísima".
«Subí al alféizar para que parara, pero vino hacia mí como loco y no tuve más remedio que saltar»

«Subí al alféizar para que parara, pero vino hacia mí como loco y no tuve más remedio que saltar»

El estremecedor relato de la mujer que quedó parapléjica en la última paliza de su marido conmociona al público que esta mañana ha seguido el juicio en la Audiencia

c. de la p.

Jueves, 30 de marzo 2017, 12:41

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"Me arrastró por los pelos, me insultó y no dejaba de golpearme (...) Me subí al alféizar de la ventana, porque no me dejaba salir de la habitación. Confiaba en que así desistiría, pero vino hacia mí como loco y no me quedó más remedio que saltar...". Entre sollozos, la mujer que quedó parapléjica después de sufrir el último ataque de su pareja relató el infierno que vivía desde el principio de su relación con Rosendo M. R, que se enfrenta a 21 años y tres meses de cárcel por la paliza que la dejó en silla de ruedas. Su estremecedor testimonio ha conmocionado al público que este miércoles por la mañana ha seguido en directo el juicio, que se celebra hoy y mañana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, donde hasta se ha escuchado llorar en las filas de bancos mientras la mujer prosiguía prestando su declaración ante el tribunal. Así lo cuenta hoy www.eldiariomontanes.es

Ella ha sido la segunda en prestar su versión de los hechos, después de que el acusado negara haberle pegado "nunca". Más aún, aseguró que su relación era "normal, buena, muy buena". Pero la mujer ha contado la otra parte y detallado algunos episodios de maltrato, que al principio de convivir "eran verbales" pero que ya a los dos meses "empezó a pegarme". Según su testimonio, el día que ocurrieron los hechos que ahora se juzgan, después de saltar por la ventana escapando de él y quedar tirada en el suelo, su marido bajó al minuto. "Yo no sentía las piernas, pero él me arrastró. Le rogué que me dejara, pero él continuó arrastrándome, pateándome la barriga y moviéndome las piernas (...)". Mientras esto pasaba, cuenta la mujer que el hijo de ambos, de tres años de edad, lo estaba presenciando todo, "el niño lloraba y pedía a su padre que no me matara". Al final, el agresor entró en la casa y se fue a dormir.

La versión de la víctima coincide con el relato de los hechos del Ministerio Fiscal, en los que se explica que cuando el marido se metió dentro de la casa, la mujer pidió al niño que le acercara el teléfono móvil. "Llamé a mis padres y a la Guardia Civil", ha contado esta mañana.

Detrás de la declaración de la víctima también prestaron testimonio los guardias civiles que acudieron a la casa de Polanco tras recibir la llamada de auxilio de la mujer. Contaron que "él no parecía borracho", que "estaba plácidamente dormido" cuando llegaron y tuvieron que despertarle. Y lo que les dijo el hombre en ese momento: "Ya me la ha liado esta (...) ¿Esto va para largo?". Uno de los agentes también ha contado que la mujer tenía tanto miedo a su marido que les advirtió: "cuidado con él, cuidado con él".

La declaración del acusado

El hombre acusado de dejar parapléjica a su pareja de una paliza, y provocar que ella se tirara por la ventana para escapar de él, niega haberle pegado "nunca". Más aún, asegura que su relación "era normal, buena, muy buena" y dice que apenas recuerda lo que pasó aquel fatídico día porque estaba borracho. Son algunas de las declaraciones que el acusado, Rosendo M. S., ha dicho esta mañana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, donde está siendo juzgado por unos hechos ocurridos el 30 de mayo de 2015, cuando golpeó a su mujer en reiteradas ocasiones hasta que ella saltó por la ventana, por los cuales la Fiscalía le pide 21 años y tres meses de prisión.

La agresión tuvo lugar en el chalé en el que ambos convivían, en Polanco, y en presencia de su hijo de tres años, según el relato de los hechos. Pero Rosendo M. S. dice que "no recuerda" que el niño estuviera allí. A consencuencia de las lesiones, la mujer tuvo que ser operada en el Hospital Valdecilla y, posteriormente, permaneció casi nueve meses ingresada en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.

Se le acusa de seguir propinándole golpes y patadas una vez que ella yacía en el suelo del jardín tras caer por la ventana. Pero él hoy ha negado que esto hubiera pasado así. Dice que cuando la vio en el suelo "la cogí y la llevé hasta la puerta, donde había algo de luz", y que le dijo: "venga, Conchi, levántate, no me tomes el pelo". Ha admitido que después la dejó allí tirada y se fue a la cama, pero lo ha justificado por su estado etílico: "si no hubiera estado bebido la habría atendido y llamado a una ambulancia". Sin embargo, los forenses han encontrado en el cuerpo de la mujer signos de haber sido golpeada antes de caer y luego arrastrada.

En su declaración en la Audiencia, el acusado solo ha reconocido que "pude humillarla verbalmente y con gestos", pero ha insistido en que "nunca le pegué". Y asegura que siempre que se desencadenaron discusiones en la pareja fue "porque había bebido" y motivadas porque "ella dormía con el niño y no conmigo", para rematar que, en líneas generales, su relación "era buenísima".

Petición de penas

Al acusado, que permanece en prisión desde que ocurrieron los hechos, el fiscal le imputa tres delitos de violencia de género, dos de amenazas y otro de lesiones o, alternativamente, un delito de homicidio en grado de tentativa. Además, le reclama una indemnización de 877.000 euros para su expareja.

Las penas solicitadas por el fiscal por los diferentes delitos van desde los 12 años por el de lesiones, -que reduce a 9 años y 11 meses en caso de que se considere tentativa de homicidio, lo que dejaría la pena global en 19 años y dos meses-, a nueve meses por los varios de violencia de género.

El Ministerio Público indica en su escrito que, dada la "agresividad" del acusado, la mujer sufrió malos tratos desde el inicio de la convivencia en 2009, incluso estando embarazada, y en numerosas ocasiones estos tuvieron lugar delante de su hijo menor.

Tras relatar diferentes episodios de violencia por parte del procesado a su pareja a lo largo de 2011 y 2012, indica que las agresiones verbales y físicas se hicieron "continuas y cada vez más graves" en 2015, año en el que le propinó la paliza que dejó a la mujer parapléjica.

«De aquí no sales viva»

En concreto, aquel episodio tuvo lugar el 30 de mayo de 2015, sobre la 1.30 horas de la madrugada. El acusado llegó a casa y se dirigió a la habitación de su hijo sabiendo que su pareja dormía allí con él y "empezó a arrastrar la cama, cogiendo a la mujer y tirándola al suelo".

Mientras, le daba "patadas por todo el cuerpo" al tiempo que le decía que "le iba a matar" y, con ánimo de "acabar con su vida", se puso encima de ella y le agarró por el cuello. La mujer trató de escapar por las escaleras de la vivienda, por las que el hombre la empujó para que cayera.

La mujer consiguió evitar esa caída pero él "la siguió golpeando por todo el cuerpo" y, mientras la repetía que "la iba a matar", la agarró por el pecho y la volvió a meter en la habitación donde ella, "desesperada por el miedo", trató de salir por la ventana.

"Pero él volvió a agarrarla, tirarla al suelo y seguir pisándola, momento en el que el menor, que presenciaba todo lo ocurrido, se tiró sobre su madre pidiendo a su padre que no la matara", pero Rosendo M. S., "lejos de cejar en su comportamiento", continuó golpeándola hasta que la mujer, "desesperada" y "temiendo que la matara", saltó por la ventana para escapar, cayendo al jardín de la vivienda.

Según relata el fiscal, "aún estando tendida en el suelo del jardín de la casa sin poder moverse", el acusado bajó y continuó "dándole patadas y amenazándole con que la iba a matar", todo ello mientras el hijo de tres años abrazaba a su madre.

Pero fue más allá y, a pesar de que ella no se podía mover, "comenzó a arrastrarla por el suelo", le advirtió que "de allí no salía viva, que la quería matar" y siguió golpeándola y pisándole la cabeza hasta que decidió dejarla allí y entrar a casa e irse a dormir.

Aunque no podía moverse por las importantes lesiones que le había causado su agresor, fue la propia mujer la que avisó a la Policía gracias a que su hijo de tres años le acercó el teléfono móvil para que pidiese auxilio.

Parapléjica con parálisis total

Como resultado de las múltiples lesiones, la mujer sufre paraplejia completa con parálisis total y anestesia de miembros inferiores, secuelas psiquiátricas graves y artrosis en el hombro, entre otras dolencias. Por todas ellas, así como por los daños morales y la perdida de la autonomía en su vida diaria, el fiscal reclama para la mujer una indemnización de 877.000 euros.

Además, el niño recibió tratamiento por un trastorno de estrés agudo del que está en seguimiento aunque, por el momento, no presenta secuela alguna. La Fiscalía solicita una indemnización para el menor de 18.900 euros.

La víctima, que ejerce la acusación particular, solicita las mismas penas e indemnización que la Fiscalía, mientras que la defensa de Rosendo M. S. muestra su disconformidad y asegura que el acusado no es autor de ninguno de los delitos que se le imputan.

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