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El joven Mario M. declara ante la Audiencia, ayer.
«Cuando vi que me desangraba, fui a un portal y me puse a hablar con Dios»

«Cuando vi que me desangraba, fui a un portal y me puse a hablar con Dios»

El joven acusado de tratar de matar a cuchilladas a un hombre mientras le daba un masaje asegura que este le pidió sexo y «yo me vi atrapado»

alicia negre

Jueves, 25 de mayo 2017, 12:22

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Cabizbajo y en un tono de voz casi inaudible, Mario M. relató ayer ante la Audiencia el recuerdo borroso que, asegura, le acompaña de la madrugada del 11 de abril de 2012. «Me acuerdo de cosas como flashes», explicó este joven, de 28 años, que está acusado de tratar de matar a cuchilladas a un hombre mientras le daba un masaje en su casa de Molina de Segura, en Murcia, según publica www.laverdad.es. Horas antes ambos habían contactado por internet, a través de un chat gay.

El sospechoso, que padece un problema psiquiátrico -un trastorno de la personalidad con descompensaciones psicóticas-, afronta una pena de nueve años de prisión por un presunto delito de asesinato en grado de tentativa con la atenuante de enajenación mental. «Él quería hacer sus cosas, tener sexo, y yo le dije que no», aseguró. «Me vi atrapado».

Los hechos que han llevado a este joven ante el estrado ocurrieron hace más de cinco años, concretamente el día del Bando de la Huerta de 2012. «Por aquel entonces yo era consumidor de cocaína y heroína», relató Mario, ante el tribunal, enroscado en un grueso jersey y con el pelo recogido en una coleta. «Quedaba con gente en las redes sociales para mis necesidades (para el consumo de estupefacientes), pero siempre les decía la verdad».

Aquel día, de acuerdo al relato bastante impreciso que ofreció ante el tribunal, quedó con su víctima para celebrar una fiesta en su casa, en la que consumieron drogas. Durante la instrucción, el procesado aseguró que el hombre trató de forzarlo a tener sexo y que ese fue el motivo que le llevó a agredirlo. Ayer, sin embargo, la defensa retiró la acusación contra la víctima. También el afectado rechazó seguir adelante con su acusación particular.

«Él me había pagado la consumición y me estaba pidiendo algo a cambio. Yo me ofrecí a hacerle un masaje», recalcó el joven. «Luego le pedí por favor que abandonase mi casa porque era tarde y mi padre se iba a levantar». Ante la supuesta negativa de este, el procesado aseguró que cogió un cuchillo que utilizaban para cortar la cocaína. También empleó en su ataque un mazo que estaba en un cuarto de herramientas que su padre tenía junto a su cuarto. «Lo tenía todo a mano. No lo pensé». Mario M. explicó al tribunal que se encuentra en tratamiento y que lleva ya casi un año sin consumir drogas.

A 50 euros por barba

El relato que la víctima ofreció a los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia fue, sin embargo, mucho más claro y profuso en detalles. El hombre no pudo evitar que le temblase la voz al recordar aquella madrugada. «Estuvimos hablando por internet y me dijo que iba a hacer una fiesta en su casa», relató. «Yo no iba a tener sexo. Fui por conocer gente».

Tras acabar de trabajar, este hombre quedó con Mario y, según explicó, este le pidió 50 euros que cada uno debía de poner para la fiesta. «Todo era normal», aseguró. «Él iba bien vestido, limpio y aseado». Ambos se desplazaron juntos hasta la pedanía murciana de Espinardo, ya que el joven quería comprar droga. Luego regresaron a casa de Mario, donde había otros amigos, y comenzaron a consumir los estupefacientes. «Yo no tomo drogas y a los 40 minutos me sentía incómodo y le dije que me iba, pero él me dijo varias veces que me esperara».

Tras acompañar a su domicilio a unos de los amigos, ambos regresaron a la casa de Mario. «Él me dijo que le hiciera una felación, pero yo no quería y él tampoco», relató. «Se ofreció a hacerme un masaje y yo me dejé llevar». Tras desnudarse, ambos se tumbaron en un colchón en el suelo y Mario se colocó encima del hombre para masajearlo. «Me dijo que tenía la fantasía de amarrarme, pero cogió una cuerda que no iba bien», explicó. «Luego se levantó y me dijo que me iba a echar gel».

«Algo caliente por el cuello»

En ese momento de relajación, explica la víctima, se produjo el sorpresivo ataque. «Noté un pinchazo en el cuello, como si me hubiera clavado la uña, y luego noté algo caliente que me corría por el cuello», recordó. «Cuando miré, me caía sangre». A partir de ese momento, aseguró la víctima, comenzó el caos. «Me lo pude quitar de encima y cuando lo miré estaba enloquecido. Tenía el cuchillo en la mano y me dijo 'te voy a matar'», relató. «No era la persona con la que había estado hablando toda la noche». El joven aprovechó presuntamente ese momento para propinar otra cuchillada a su víctima, esta vez en el costado.

«Gracias a Dios la puerta estaba abierta y pude salir al pasillo, gritando», recordó. «Me escucharon los vecinos y me dijeron que ya habían llamado a la Policía». En el recibidor de la casa, sin embargo, el hombre fue alcanzado por Mario que supuestamente le propinó varios golpes con un mazo hasta que llegaron sus padres y pudieron controlarle.

En su huida, el afectado, que iba totalmente desnudo, pudo agarrar un jersey con el que se cubrió cuando logró poner un pie en la calle. «Iba totalmente empapado de sangre y me estaba comenzando a marear», aseguró. «Cuando me senté en un portal y vi que me estaba desangrando me puse a hablar con Dios». Minutos más tarde, le alumbró una linterna. La Policía había llegado.

La víctima renunció ayer a seguir reclamando. Su principal objetivo, recalcó, es pasar página. «Llevo cinco años con agotamiento psicológico», subrayó. «Me da miedo hasta entrar en la cochera».

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