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Carlota, la nueva rosa de Mónaco

Carlota, la nueva rosa de Mónaco

La velada llevó el sello de Karl Lagerfeld y el gran ausente fue Alberto, de viaje oficial en Colombia y que cedió a su hermana el papel de anfitriona

MIKEL ARNAO

MÓNACO.

Lunes, 26 de marzo 2018, 00:48

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Es un clásico de la alta sociedad. El baile de la rosa viene celebrándose en Mónaco desde 1954. Las generaciones se van sucediendo lentamente y en la noche del sábado los focos se centraron en la joven Carlota Casiraghi, que confirmó su compromiso con el productor Dimitri Rassam. La pareja escenificó su compenetración vistiendo de manera conjuntada: Carlota llevaba un espectacular vestido en blanco y negro, a tono con el esmoquin de su pareja, coronado con unas plumas. Un diseño de Anthony Vacarello para Saint Laurent.

La velada, cuyos fondos recaudados fueron destinados a la Fundación Princesa Grace, llevaba el sello de Karl Lagerfeld. La 'Salle des Etoiles' del Sporting Club de Montecarlo estuvo decorada por el legendario diseñador alemán e inspirada en 'Manhattan Ball'. Todo en tonos dorados, rojos y, por supuesto, rosas.

A juego con el escenario iba su musa y gran amiga Carolina de Mónaco. La anfitriona lució un elegante diseño de Chanel Couture de corte midi en rosa palo con detalles de volantes. La princesa acostumbra a lucir cortes muy admirados y el baile de la rosa merecía algo en consonancia. También llevó joyas en plateado, como un maxicollar en forma de estrella, además de unos pendientes de perlas a juego con el anillo. Todo acompañado de un 'clutch' rígido y de unos zapatos de tacón cobrizos. Para terminar de armonizar con el entorno imaginado por Lagerfeld, llevaba la manicura rosa.

El gran ausente fue Alberto de Mónaco. El príncipe se encuentra en Colombia de viaje oficial y cedió a su hermana, por segundo año consecutivo, el papel de anfitriona en esta fiesta benéfica que estuvo amenizada por Taj Mahal, una petición de Carlota Casiraghi.

También va ganando relevancia Alejandra de Hannover, la hija pequeña de Carolina, quien acudió acompañada de su novio, Ben-Sylvester Strautmann. Aunque no lograron eclipsar a la pareja formada por Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo. Todos los ojos miraban sin disimulo a la barriga de Beatrice para intentar confirmar los rumores de su embarazo. Pero el vestido de tirantes largo y negro, con escote corazón, mantuvo intactas las dudas sobre su estado. El que no estuvo fue Andrea Casiraghi, ya que su mujer, Tatiana Santo Domingo, está esperando a dar a luz a su tercer hijo.

El baile de la rosa se viene celebrando desde antes de la llegada de Grace Kelly a Mónaco para celebrar la venida triunfal de la primavera. Y siempre con fines benéficos. La primera edición, en 1954, se concibió para dedicar un baile al vals y solo fueron necesarias las rosas y cien violines.

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