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El parasol instalado sobre el telescopio espacial JWST, en las instalaciones de Northrop Grumman
La sombrilla orbital

La sombrilla orbital

Los ingenieros montan un gran parasol sobre el nuevo telescopio espacial James Webb para protegerlo de la radiación del Sol

José Luis Álvarez

Sábado, 30 de agosto 2014, 07:58

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El calor no es bueno para el funcionamiento de los equipos electrónicos. Esto ha obligado a que los ingenieros hayan tenido que diseñar una gran sombrilla para el telescopio espacial James Webb (JWST).

Cuando el ingenio esté en órbita estará expuesto a la intensa radiación del Sol. Eso hará que todo en su interior sufra un incremento térmico, condiciones que distan de ser ideales si se tiene en cuenta que la mayor parte de sus instrumentos necesitan trabajar a una temperatura muy baja, compatible con las observaciones en la banda del infrarrojo.

El parasol, que tiene forma de cometa, ya ha sido probada en una sala limpia en las instalaciones de Northrop Grumman en Redondo Beach, California (EEUU), la primera semana del pasado mes julio. La sombrilla es el componente de mayor tamaño del JWST, y ofrece una protección extrema, dejando pasar menos de una millonésima parte de la radiación solar, según explicaron fuentes de la Agencia Espacial Europea (ESA).

A pesar de tener la misma longitud que una cancha de tenis, es un elemento increíblemente ligero, compuesto por cinco membranas ultra finas que se separarán y adoptarán una configuración muy específica cuando se encuentren en el espacio. Durante el lanzamiento, el parasol permanecerá doblado como un paraguas, de forma que quepa bajo del carenado protector del cohete lanzador, el Ariane 5.

Una vez desplegado, este parasol protegerá la cara fría del JWST, en la que se encuentran los instrumentos infrarrojos de alta sensibilidad que forman el llamado Módulo Integrado de Instrumentos Científicos. Este mecanismo permitirá mantener un entorno térmicamente estable a una temperatura de -233°C.

El diseño de la sombrilla hace posible alcanzar estas temperaturas tan bajas de forma pasiva, radiando el exceso de calor hacia el espacio, sin necesidad de utilizar ningún tipo de sistema de refrigeración. Sólo uno de los instrumentos del JWST, el Instrumento para el Infrarrojo Medio (MIRI), está equipado con un sistema criogénico para mantener su temperatura a -266°C. El ingenio cuenta con una barrera térmica que permite que los sistemas electrónicos instalados en la cara caliente del JWST puedan operar a temperatura ambiente.

Al contrario que su predecesor, el Telescopio Espacial Hubble, el JWST no tiene una visera que proteja a sus instrumentos de la luz no deseada; como consecuencia el parasol debe desempeñar una función todavía más importante, para garantizar que el JWST opera en el punto óptimo para las observaciones en la banda del infrarrojo cercano.

El JWST, un proyecto de colaboración internacional en el que participan la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense, será el observatorio espacial más potente jamás construido.

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