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La maestra de Educación Infantil Patricia García, Mejor Expediente Universitario

La maestra de Educación Infantil Patricia García, Mejor Expediente Universitario

Leonesa de 27 años, terminó la carrera con una nota de 9.71. Es odontóloga y ha realizado labores de voluntariado

e. rodríguez

Jueves, 19 de noviembre 2015, 08:35

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Es su segundo galardón en menos de quince días. Patricia García, ganadora del Concurso al Mejor Proyecto de Innovación Educativa en el congreso organizado por ELCOMERCIO por aunar la lectura y las inteligencias múltiples, ha obtenido el Premio al Mejor Expediente Académico de la Universidad de Oviedo 2014-15, reconocido con 6.000 euros y financiado por Liberbank. Nacida en Ciñera de Gordón (León) hace 27 años, es graduada en Magisterio por la rama de Educación Infantil y ésta es la primera vez que una alumna de esta facultad consigue tal distinción con una nota media de 9.71. No es su primera titulación. Antes se graduó en Odontología, «pero a mitad de carrera ya sentía que no iba a ser lo mío. No era lo que esperaba. Me parecía una profesión deshumanizada y no me veía viviendo esa vida. No obstante, no quise abandonar y acabé».

Los niños y la enseñanza le habían gustado desde siempre. «No hay nada más importante que la Educación», dice, así que decidió probar, pese a que había gente que la desanimaba. «Soy muy cabezona y tiré hacia adelante y ahora veo que no me equivoqué. Estaba muy motivada, con muchas ganas de hacer las cosas bien y eso se ha visto reflejado». El martes recibió la llamada del vicerrector de Estudiantes, Luis Rodríguez, dándole la noticia. «Estaba muy contento, porque, aparte del expediente, le gustaba que hubiese participado en el Espacio Solidario de la Universidad (en el que fue intermediaria entre alumnos y ONGs) y voluntaria con Cáritas en una guardería de 0 a 3». Ha salido de la facultad con ganas de «revolucionar» el sistema educativo, porque hay cosas que no le gustan, empezando por su propia facultad. «Es incomprensible que haya profesores que estén enseñando a enseñar y, en cambio, no hayan pisado un aula en su vida. Por suerte, gracias a las prácticas, pude aprender de grandes profesionales». Primero, en Andolina (Gijón) y después en los colegios públicos de la Foz de Morcín y Veneranda Manzano (Oviedo). «Me gusta que la enseñanza pública acepte las diferencias y fomente la diversidad».

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