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EFE
Cursar un máster garantiza un empleo, pero precario

Cursar un máster garantiza un empleo, pero precario

El 93% de los titulados tiene trabajo dos años después, aunque las dos terceras partes no llega al salario medio español

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Miércoles, 28 de febrero 2018, 13:55

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Cursar un máster, un posgrado universitario, es una garantía para la obtención de un empleo, pero los titulados, pese a su alta cualificación profesional, no se libran del alto grado de precariedad laboral que prima en el mercado español. Esta es la principal conclusión del 'Barómetro de empleabilidad y empleo universitarios", que en su segunda edición ha encuestado a 6.738 de los 47.182 titulados en un máster en 2014 para conocer la adecuación de los estudios al empleo y las características de su inserción laboral.

El análisis indica que el 93,3% encontró trabajo en los dos años transcurridos desde su salida de la Universidad y que, además, lo lograron con bastante rapidez. La mitad, después de acabar los estudios, nunca ha estado en situación de desempleo; el 50% consiguió su primer trabajo antes de seis meses; e, incluso, el 26,7%, la cuarta parte, firmó un contrato antes de tres meses. Eso sí, el máster ayudó, pero no fue decisivo. Los tres factores más valorados por sus empleadores fueron su título de grado, sus competencias específicas y la posible experiencia previa. Solo en cuarto lugar pesó el postgrado.

Los principales métodos que estos titulados emplearon para buscar trabajo fueron, siempre en más de la mitad de los casos, los portales de empleo, la autopresentación y el contacto directo con la empresa, y los contactos personales. Sin embargo, a la hora de la verdad, lo que mejor funcionó, con un 83,6% de eficacia en la consecución de un contrato, fueron los contactos personales con el empleador, bien a través del propio interesado o de sus conocidos o familiares. También tuvieron alta eficacia la autopresentación, el autoempleo, las oposiciones y concursos, y las prácticas y becas.

Estos titulados tampoco tuvieron que contentarse con cualquier empleo. El 85% explica que se trata de puestos que requieren de cualificación universitaria y que, en dos terceras partes de los casos, tienen una notable vinculación con su formación especializada. Pese a todo, un 40% piensa que su labor se podría hacer también sin el máster y un 30% se ve sobrecualificado.

Pero, y pese a la gran cualificación exigida para los puestos, los empleos que lograron tienen un alto grado de precariedad. Solo el 42% son indefinidos -el 39% son temporales y el 11% de becarios o prácticas- y el 18,6% son a tiempo parcial. Otra prueba de la precariedad es que el 61% de estos especialistas universitarios cobra menos de 1.600 euros al mes -el salario medio español es de 1.878 euros- y un 27% no llega ni a mileurista (un 8,8% cobra menos de 600 euros y un 18% menos de 1.000).

Esta dualidad se refleja con claridad cuando les preguntan por el grado de satisfacción con su empleo. Ocho de cada diez están satisfechos con su empleo, pero por las actividades y funciones que realiza o el ambiente laboral. En otros aspectos como el salario o la estabilidad laboral, el porcentaje de satisfacción baja hasta el 55% y el 59%, respectivamente. De hecho, uno de cada tres considera que va a tener que emigrar a otro país para desarrollar su carrera profesional, según destaca el estudio impulsado por la obra social 'La Caixa'.

«Un problema de Estado»

El presidente de la conferencia de rectores, Roberto Fernández, señaló que, pese a que la Universidad debe mejorar la estructura de sus estudios para lograr una mayor adaptación con las necesidades de las empresas, el problema de la mala calidad del empleo que logran muchos de sus titulados y máster no es culpa de la institución, "como demuestra este estudio", sino "un problema de Estado", una deficiencia del sistema económico y del mercado laboral españoles, "que requieren de profundas reformas".

Fernández se refería a que los encuestados indican que tienen un nivel de competencias algo superior al del puesto que desempeñan, que consideran que el máster ha contribuido a darles las habilidades que precisan -aprendizaje autónomo, capacidad de análisis y conocimientos especializados- y que las competencias adquiridas en la Universidad son también las más relevantes en el mercado de trabajo (resolución de problemas, adaptabilidad a nuevas situaciones y capacidad para gestionar la presión).

De hecho, el grado de satisfacción detectado con su curso de posgrado es medio-alto (2,8 sobre 4). El 70,6% volvería a cursar el mismo máster después de conocer los resultados, el 74% lo haría en la misma universidad, y el 90% volvería a hacer otro máster. La alta valoración del máster tiene mucho que ver con que un 4,6 sobre 7 asegura que la formación de posgrado ha cumplido con sus expectativas al iniciarla. Un 29,7% piensa que ha sido decisiva a la hora de encontrar empleo, un 15,84% considera que le ha permitido mejorar las condiciones de su trabajo, y un 5% cree que ha sido fundamental para mantener el empleo que ya tenía.

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