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El bebé británico Alfie Evans. Afp
Los padres de Alfie se recogen en silencio público en torno a su bebé

Los padres de Alfie se recogen en silencio público en torno a su bebé

Tom Evans agradece el apoyo que han recibido y pide a sus simpatizantes que regresen a su vida cotidiana

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal en Londres

Jueves, 26 de abril 2018, 12:14

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Tom Evans, el padre del bebé que permanece en estado vegetativo en un hospital de Liverpool, que le ha retirado la conexión con un ventilador médico, ha anunciado que no publicará más comunicados ni hará más declaraciones a los medios. Ha pedido que la gente que les apoya en el exterior del hospital Alder Hey se vaya a su casa. Ha dado las gracias a quienes les han apoyado en los últimos días.

«Nuestras vidas han sido revueltas por la atención intensa en Alfie y en su situación», ha explicado. «No hemos podido vivir nuestras vidas como nos gustaría. Permitidnos ahora a Kate, a mi y al hospital Alder Hey formar una relación, construir un puente y cruzarlo. En el interés de Alfie, vamos a trabajar con el equipo que lleva su tratamiento sobre un plan que dé a nuestro hijo la dignidad y confort que necesita».

Tras entrevistarse con directivos del hospital y los médicos que tratan a Alfie, les ha elogiado. La declaración parece poner fin a la batalla legal que los padres han librado contra la decisión de cambiar el cuidado del niño, de 23 meses de edad, de la calificación médica de intensivo a la de paliativo. El objetivo es que puedan pasar los últimos días con él en un ambiente de calma, y quizás llevarlo a su casa.

Especiales

La descripción más objetiva de los padres de Alfie se debe posiblemente al juez Anthony Hayden, que les negó sus deseos. Mostró su admiración por la inteligencia de Tom, de 21 años, con estudios de aprendiz de yesero, pero capaz de preguntar a los médicos cuestiones sofisticadas, de representar sus intereses ante el tribunal con argumentos bien formulados.

El juez Hayden creyó que debía visitar la sala de hospital donde se trata al bebé antes de oír los argumentos y de emitir su sentencia. En ella afirmó que, aunque parezca chocante, en un lugar donde se congregaban además otros familiares, había una atmósfera que asoció a la felicidad. Y señaló que la fuente de esa luz era la madre, Kate, de 20, admirada por la energía de su pareja en la batalla que les ha tocado.

Los tribunales británicos han fallado que el mejor interés del niño es seguir la opinión de sus médicos, no prolongar un tratamiento invasivo que no se sabe si le causa dolor y no trasladarlo a un hospital de Roma por los riesgos que acarrearía de fallecer en el mismo viaje. La decisión provocó la ira de grupos evangelistas y de militantes súbitos por la vida de Alfie, que padece una enfermedad degenerativa y catastrófica del tejido cerebral para la que ningún médico ha ofrecido curación.

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