Borrar
Arriba, Neme Lavilla, esta semana, en Madrid. Y, sobre estas líneas, con su admirado Quini, hace unos años. IÑAKI MARTÍNEZ / MARIO ROJAS
«Pude haber ido a Hollywood, pero no sabía conducir»

«Pude haber ido a Hollywood, pero no sabía conducir»

Neme Lavilla ·

«Sofía Loren me dejó la dirección, pero luego no le escribí y me arrepiento porque era una mujer muy impresionante»

A. VILLACORTA

GIJÓN.

Domingo, 28 de enero 2018, 00:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

De 'Acción mutante' a 'Carne de gallina' o 'Curro Jiménez', Pedro Luis Lavilla (Gijón, 1934), por todos conocido como 'Neme', es el gran secundario asturiano del cine. Pero de secundario, nada. Nieto del pintor Nemesio Lavilla, impulsor del Teatro Español Universitario en su ciudad natal, estrella de la Compañía Asturiana de Comedias «de la gran Rosario Trabanco», con la que triunfó en Oviedo: «Cuando actuábamos allí, era como si actuasen los Beatles. Toda la gente pidiéndonos autógrafos cuando sabíen perfectamente que la compañía era de Gijón. ¡Fíjate qué asturianismo!». Su vida es la de un protagonista que se trasladó a Madrid en busca del gran papel. «Y me encuentro en plenitud para seguir haciendo lo que sea. Lo que pasa ye que la cosa ta difícil», advierte entre carcajadas.

-Vaya tiempos para nacer...

-Sí. Oía a los aviones soltar bombas, aquella carga maldita. Se pasó mal.

-Su familia era de izquierdas.

-Y yo también. Sigo siendo de un anarquismo libertario izquierdoso y no puedo salir de ahí.

-¿Es Pedro Luis o Neme?

-Soy Neme desde pequeñín. En la partida figura Nemesio Pedro Luis Lavilla, pero, estando metido de lleno en la profesión, decidí invertirlo. Y, ahora, en vez de Nemesio Pedro Luis, soy Pedro Luis Nemesio (Risas).

-¿Cómo nació su vocación?

-Estudiaba en la Escuela de Comercio. Y, ya cuando estaba finalizando, salió a flote mi vocación y formamos un grupo, Gesto. En casa me dijeron: «Tienes que estudiar, Nemesín, hombre». Pero sin fuerza, porque veían que yo tenía que seguir mi camino.

-Y, de ahí, a trabajar con Sofía Loren y Cary Grant. Cuente.

-De aquella estaba haciendo Económicas en Madrid cuando aparece Stanley Kramer buscando un especialista. Quería gente que hubiese destacado en deporte y yo había conseguido un tercer puesto en unos juegos universitarios en 800 metros. ¡Oye, quedé terceru! Por desgracia, de aquella no había medallas. Ni siquiera un pergamino te daban (Ríe). Pero, cuando llegó Kramer a organizar el rodaje de 'Orgullo y pasión', me seleccionaron y el cine ya me quedó dentro.

-Hábleme de la Loren.

-Trabé amistad con ella, pero estaba por allí Carlo Ponti y la controlaba, ¿entiendes? A mí me gustaba mucho como mujer y como actriz, pero eran paseítos por ahí y por allí. ¡Na! Incluso me dejó la dirección, pero luego no le escribí y me arrepiento, porque era muy impresionante y muy abierta.

-¿Y Sinatra?

-Era un poco tontorrón, gilipollón. Decía la gente que era debido a que acababa de romper con la Ava Gardner y que estaba un poco tristón.

-Menuda superproducción.

-Fueron cuatro o cinco días a bombazo limpio, atacando las murallas de Ávila con un cañón enorme, plastificao... Lo que pasa que llegó agosto y me entró la morriña de Gijón. La playa, el Piles, las niñas, el ambiente, mis amiguetes... Y con la tontería perdí un mes entero de rodaje en Cuenca, un cañón de plata pura que regaló Kramer a cada guerrillero y el dinero: 300 pesetas diarias, que era un capital.

-¿Se ha quedado con las ganas de ir a Hollywood?

-¡Joder, Hollywood! Podía haber ido con Garci. Con la película con la que ganó el Oscar tuve la oportunidad de ir porque antes del rodaje me vio y me dijo: «Tengo un papel para ti. Pásate por la oficina tal día». Y resulta que el papel era para recoger a Ferrandis en la Estación del Norte y llevarlo en taxi hasta El Molinón. ¡Y yo no sabía conducir, vida mía. No sabía conducir, joder! Fui a una academia, pero les academies maldites lo que te hacíen era conducir dando vueltines entre palos. Mucho equilibriu, pero nada de práctica de volante. Había esa manía. O sea, que no aprendí casi nada.

-¿Con quién le gustaría trabajar?

-Con el mismo Almodóvar, que tiene cosas buenas y otras que no sabe a dónde va. Pero no soy su hombre. Intenté hablar con él dos veces y no hay nada que hacer.

-Sí lo logró con Álex de la Iglesia.

-Es un chaval que está de moda, pero que a mí no me gusta nada cómo dirige. Ye un cine de extrema violencia. Sangrona, con vísceras, corazones rotos... Eso no se puede hacer.

-Corre una leyenda urbana que afirma que, en una actuación en la que hacía de italiano, improvisó y, en vez de 'Fuego', dijo 'Fuegoti'.

-Fue haciendo de figurante en la ópera. Me tocó ser el oficial de los soldados que fusilan al protagonista, al tenor. Yo estaba con el sable en alto, había que dar la orden de disparar y contaron que en vez de decir 'fuego' había dicho 'fuegoti'. Alguien hizo correr ese rumor por Gijón, pero no fue verdad porque yo ya tenía les idees clares de que eso no se podía hacer.

-¿Tuvo muchos amores?

-Tuve algunos, sí, pero no me acuerdo. Perdilos en el tiempo y la distancia y tardé en pasar por la vicaría (Ríe).

-En lo que no consiguió triunfar fue en el fútbol.

-No. Estuve probando con el Sporting dos veces. La primera, con el gran Nelson Adams, un brasileño que no sé cómo demonios apareció por Gijón. Lo que pasó fue que yo ya jugaba en la playa descalzu. Nada que ver con unes botes que pesaben un montón. Auténticos monstruos. Y la segunda, me marcó un chaval de Candás y no di una. Se acabó la posibilidad de jugar en mi Sporting del alma.

-¿Cómo lo ve ahora?

-Juega bien un domingo y juega mal otru. No levantamos cabeza, chica. Hombre, yo espero que el derbi lo ganemos nosotros. Lo malo ye que el Oviedo ta muy bien colocau. Nos va a costar sangre, sudor y lágrimas.

-¿Y a Gijón?

-Ya pegué un par de andanadas a través de EL COMERCIO y voy a pegar otra, a ver si esta famosa Moriyón entra en vereda y se anima a ponerle una calle a mi abuelo. Cada vez que voy es como recuperar veinte años de mi vida. Una sidrina, unos oricios... En Madrid no saben ni lo que son. Es una cosa misteriosa para ellos (Risas).

-¿Es mejor o peor que Cataluña?

-Lo de Cataluña ye un desastre. Están negociando muy mal y eso va a seguir, ¿eh? El 155 no lo aplican bien y están dando alas al Puigdemont ese. No sé, chica, no hay manera.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios