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La depresión es una enfermedad que puede afectar a personas de todas las edades, si bien su incidencia en mujeres casi duplica a la de los hombres.
Cómo podemos ayudarnos contra la depresión

Cómo podemos ayudarnos contra la depresión

Se trata de uno de los grandes males de nuestra sociedad a nivel mundial, y va en aumento. Un fenómeno epidémico que ya afecta a más de 350 millones de personas (más de 6 en España). Los expertos nos cuentan qué podemos hacer para combatirlo

p. manzanares

Jueves, 14 de mayo 2015, 06:00

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No es solamente un profundo sentimiento de tristeza, como muchas personas creen. Va mucho más lejos y, para saber si podemos estarla padeciendo, nada mejor que conocer ¿qué es la depresión? ¿Cuáles son sus síntomas?

Desde el punto de vista psiquiátrico, la depresión es un síndrome que tiene diversas características, entre las que destacan el estado de ánimo triste y la anhedonia. Junto a éstas aparecen con mucha frecuencia síntomas como el pesimismo y la angustia, a los hay que sumarles otros bastante probables como culpabilidad, trastornos del sueño, enlentecimiento, cansancio aumentado

«También se pueden dar pensamientos recurrentes de muerte y suicidas (autolíticos) que, en algunos casos (graves), se llevan a cabo», afirma la doctora Vanesa Fernández, experta en tratamiento psicológico conductual del Instituto de Psiquiatría Martínez Campos (Madrid).

Cómo podemos ayudarnos

  • Muy práctico

  • El doctor Manuel Martín Carrasco, Presidente del Comité Directivo del Consejo de Sociedades Psiquiátricas Nacionales de la Asociación Europea de Psiquiatría, con sede en Estrasburgo, ofrece los siguientes consejos que pueden ayudar al paciente con depresión y a quienes desean prevenirla.

  • El ejercicio físico es bueno para prevenir la depresión y también para salir de ella. El más recomendable aeróbico, en compañía de otras personas y al aire libre.

  • No aislarse. Hay que esforzarse por estar con otras personas e intentar que comprendan lo que nos pasa, pero sin sentirnos obligados a contárselo a todo el mundo.

  • Nunca se deben consumir drogas, alcohol o sustancias euforizantes, con frecuencia tienen el efecto contrario a medio plazo.

  • Llevar una vida equilibrada y estimulante en la que no solo haya lugar para el trabajo, sino para otras actividades y para mantener una vida sexual satisfactoria.

  • Si la depresión va asociada a una enfermedad orgánica o dolorosa se debe tratar esta última adecuadamente.

  • ÿ Dividir las grandes actividades en pequeñas tareas, establecer prioridades. Hay que mantener la actividad, pero sin aceptar grandes responsabilidades o plantearse metas difíciles.

  • No aceptar pensamientos negativos forman parte de la enfermedad.

  • Cumplir las indicaciones médicas o de los profesionales que nos atienden. No cambiar o iniciar tratamientos por nuestra cuenta. Acudir a las consultas con regularidad. Suspender las dietas o regímenes no controlados médicamente.

  • Rechazar los sentimientos de culpa. La depresión es una enfermedad, no un signo de debilidad.

  • Una vez se ha superado la enfermedad, reflexionar sobre aquellos factores de nuestra forma de ser y de nuestra forma de vida que puedan haber contribuido al desencadenamiento de la enfermedad.

A nivel cognitivo, suele darse una disminución de la capacidad para pensar o concentrarse y dificultad para tomar decisiones además de pensamientos negativos acerca de la valoración de su pasado, presente y futuro.

Tipos de depresión

Tal y como explica la doctora Fernández, según los síntomas, existen diferentes tipos de trastornos depresivos, algunos de ellos pudiendo presentar síntomas graves como ideas delirantes o de índole psicótica: Trastorno Depresivo Mayor, que puede ser único y durar un par de semanas o recidivante, o el Trastorno Distímico, que dura como mínimo dos años, uno si hablamos de niños. Este último es menos acentuado en sus síntomas, pero tiene «una interferencia significativa para la persona»,agrega la experta.

Y es que la depresión afecta y mucho al ámbito laboral, académico, social y familiar, porque generalmente la persona comienza a rendir peor. De ahí que sea tan incapacitante. «Es una enfermedad muy dura y poco reconocida, la persona no quiere hacer nada porque se siente sola, nada merece la pena, no hay futuro Es una de la peores enfermedades que existen y además ni se entiende socialmente ni se quiere estar con gente deprimida. Cuando conocemos a alguien con depresión se le dice pues date un paseo verás como se te pasa, o anímate Y no entendemos que no pueden hacerlo. Por eso el paciente deja de hablar de lo que padece, se avergüenza y se aísla. Está muy estigmatizada, como todo los problemas mentales. El papel de los familiares y personas que rodean a la persona que sufre depresión es muy importante. A veces basta con estar ahí, dispuesto a escucharle si lo necesita, comprendiéndole y nunca forzándole o recriminándole por no hacer aquello que no puede hacer (salir, divertirse, etc.) La familia debe actuar como un recurso de ayuda que anime a seguir adelante sin entrar en la sobreprotección, pero nunca ser un juez castigador», indica la psicóloga.

Tratamiento

Actualmente, y con infinidad de investigaciones en curso (ver hoy en el suplemento de salud de su regional de Vocento), el tratamiento del trastorno depresivo, tras evaluar sus factores desencadenantes, adopta un enfoque multidisciplinar desde el que se abordarán los factores biológicos implicados en el problema, así como las variables de tipo psicológico y social que afectan a las personas que sufren el trastorno, teniendo en cuenta el modelo biopsicosocial de la enfermedad propuesto por la Organización Mundial de la Salud.

«En este sentido, el tratamiento de la depresión conlleva en algunos casos el empleo de psicofármacos (indispensables en las depresiones originadas por causas biológicas donde la farmacología es imprescindible) y/o la terapia psicológica cognitivo-conductual desde la que se enseña al paciente nuevos patrones de pensamiento y de conducta además de entrenarle en habilidades específicas», explica la doctora.

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