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10 consejos para convivir con la artrosis de pulgar

10 consejos para convivir con la artrosis de pulgar

La rizartrosis afecta a gran parte de la población mayor de 65 años, no tiene cura y puede incapacitar para muchas tareas diarias

REDACCIÓN

Domingo, 9 de noviembre 2014, 12:05

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La rizartrosis es una enfermedad degenerativa afecta a la articulación que une el dedo pulgar con la muñeca y provoca dolor y limitación de la actividad diaria y que afecta al 65% de la población mayor de 65 años, sobre todo a las mujeres. Es una alteración degenerativa de la articulación trapeciometacarpiana (TMC) que une el dedo pulgar a la muñeca y que provoca dolor, rigidez y limitación del movimiento, lo que imposibilita coger un objeto entre el pulgar y otros dedos de la mano, explica el doctor Eduardo González Zorzano, asesor médico de Cinfa. Los trabajos manuales pueden producir un desgaste del cartílago, que es la capa protectora de las articulaciones de la mano. Pero también puede deberse a otros factores de riesgo como la genética, aspectos hormonales, obesidad o vida sedentaria y la repetición de movimientos mecánicos por causas laborales o deportivas.

Los síntomas son: dolor en la base del pulgar, dificultad para mover los dedos, pérdida progresiva de fuerza e incluso deformidad, y su tratamiento se basa en aliviar el dolor e intentar frenar su avance mediante fármacos antiinflamatorios, y el uso de muñequeras y férulas debido a que no hay cura.

Para convivir con la rizartrosis el experto aconseja:

1. Utilizar aparatos eléctricos en la cocina en las tareas que impliquen el uso intensivo del pulgar, como exprimidor, pelador o batidora o abrelatas. En lugar de fregar, es mejor aprovecharse de un lavavajillas y una secadora.

2. Usar utensilios ligeros como cucharas, cazos y demás cubiertos de plástico o aluminio y con mangos gruesos; su ligero peso nos permitirá manejarlos más fácilmente.

3. Evitar el gesto de pinza al servir la comida. Es mejor sujetar los platos por debajo, con las palmas de las manos, y no por los lados, de forma que evitemos efectuar el gesto de pinza con el índice y el pulgar.

4. Liberar las manos para no aguantar mucho peso con las manos, por lo que elementos como un carrito para trasportar cosas resultan muy útiles.

5. No cargar excesivo peso y distribuirlo entre el antebrazo y el hombro.

6. Evitar forzar el pulgar. Sobre todo a la hora de arrastrar peso, como las maletas con ruedas: empujarla con los cuatro dedos, pero no con el pulgar.

7. Incorporar un programa de ejercicios todos los días. Es útil realizar diariamente ejercicios sencillos de estiramiento, flexión y extensión que fortalezcan la musculatura y mejoren así la movilidad de las manos. Por ejemplo: flexión y extensión de los dedos sobre una mesa, elevación y separación del pulgar o hacer la letra o con éste y el resto de dedos.

8. Realizar maniobras que potencien su movilidad, como sacar una cerilla de su caja, coger monedas de un monedero, abrochar y desabrochar botones o sacar garbanzos de un plato.

9. Baños calientes para las manos, para reducir la rigidez, introduciendo las manos dentro de un recipiente con agua caliente a una temperatura cercana a la corporal, es decir, entre 37ºC y 40ºC.

10. Consultar al farmacéutico sobre el uso de elementos de ayuda, como muñequeras textiles que absorben los constantes micromovimientos que inconscientemente se realizan durante el día, aliviando el dolor sin inmovilizar la articulación y permitiendo mantener la actividad del pulgar. Durante las fases de mayor dolor es útil el empleo de férulas de reposo por las noches.

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