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Ronald Evans, director de la investigación.
Científicos inventan un sistema que hace al cuerpo adelgazar solo

Científicos inventan un sistema que hace al cuerpo adelgazar solo

La llaman «comida imaginaria» y, además de adelgazar o regular el azúcar, no produce cambios en el apetito

j. l. gonzález

Martes, 6 de enero 2015, 18:23

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Engañar al cuerpo haciéndole pensar que ha recibido calorías para que active sus propios mecanismos y las queme. Ese es el principio activo del último avance para acabar con la obesidad, la píldora de "comida imaginaria" que ha surgido de una investigación dirigida por Ronald Evans, director del Laboratorio de Expresión Genética de Salk, en EE UU. El compuesto, probado ya en ratones, ha logrado detener el aumento de peso de los animales, reducir su colesterol y su azúcar en sangre. "Envía las mismas señales que normalmente se producen cuando usted come una gran cantidad de alimentos, por lo que el cuerpo comienza a despejar el espacio para almacenarlo. Pero no hay calorías ni tampoco cambios en el apetito", señala el director de la investigación.

El nuevo compuesto se basa en el comportamiento de la proteína FXR, que juega un papel fundamental en la digestión de las grasas y azúcares que el cuerpo almacena. Las empresas farmacéuticas que investigan soluciones para tratar la obesidad o diferentes dolencias hepáticas han desarrollado antes medicamentos que activan la proteína FXR, pero estos productos afectan a varios órganos y tienen diferentes efectos secundarios. El nuevo compuesto de Ronald Evans sólo se absorbe en el intestino y no entra en el torrente sanguíneo, por lo que no causa los efectos secundarios comunes de las píldoras propias de la dieta. Después de varias pruebas, los investigadores creen que este camino llevará a un tratamiento para la diabetes y la pérdida de peso eficaz para los seres humanos.

Y es que, cuando el grupo de investigación dio a ratones obesos una píldora diaria de fexaramine durante cinco semanas, los animales dejaron de aumentar de peso, perdieron grasa y registraron niveles más bajos de azúcar en sangre y colesterol que los ratones no tratados. Además, los ratones tenían un aumento de la temperatura corporal, señal del aumento gradual del metabolismo. Incluso la colección de bacterias en los intestinos de ratones cambió cuando recibieron el medicamento, aunque lo que esos cambios significan, aún no está claro. "La respuesta del cuerpo a una comida es como una carrera de relevos, y si le dices a todos los corredores que corran al mismo tiempo, usted nunca va a pasar el testigo", dice Evans. "Hemos aprendido cómo activar el primer corredor, de modo que el resto de los eventos sucedan en un orden natural."

Los investigadores trabajan ya para probar en humanos este nuevo compuesto, un paso que, confían, se producirá en próximas fechas.

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