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Venta de street food en gastronetas.
Food Trucks, camiones de calorías

Food Trucks, camiones de calorías

El Instituto Médico Europeo de la Obesidad alerta sobre esta nueva oleada de comida rápida que inunda España y que supone una mala influencia gastronómica poco saludable

redacción

Jueves, 5 de mayo 2016, 08:13

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El mes de mayo con su esperado buen tiempo reúne un número récord de eventos, festivales y ferias con presencia de food trucks, un nuevo americanismo que amenaza con engrosar los índices de sobrepeso y obesidad en España.

Se trata de una tendencia norteamericana que viene, al parecer, para quedarse. Por ello, los expertos nutricionistas del Instituto Médico Europe de la Obesidad (IMEO) creen que nos enfrentamos a una nueva oleada de comida rápida, promocionada  como «novedad gastronómica sobre ruedas» que «deleita más que nutre».

Aunque en España se le atribuye un toque gurmé, en muchas ocasiones las gastronetas o los food trucks se convierten en un escaparate de street food, donde el 90 por ciento de la oferta consiste en hamburguesas, sándwiches y perritos calientes colmados de salsas; patatas fritas y chips; helados, crepes y muffins; pizza y pasta precocinadas; más platos de cocina nacional, criolla y asiática a base de fritos, empanados o rebozados.

Con el fin de abordar el problema de fondo, el IMEO ha clasificado los 20 fast food más populares en función de su orientativo aporte calórico y destaca las ventajas de un tupper con comida preparada en casa ante los platos precocinados que deleitan más que nutren. 

Aunque en España este movimiento no tiene los permisos necesarios para vender comida en la calle, pueden ejercer su actividad en eventos privados, mercados o festivales de música. Normalmente es competencia de los ayuntamientos regular los food trucks en su espacio público y no hace mucho  París aprobó una normativa que les permite ejercer de forma rotatoria en medio centenar de puntos en la capital francesa.

20 Fast Food populares y su orientativo aporte calórico

  • muy práctico

  • La ingesta recomendada diaria de una persona oscila entre 1800 y 2200 Kcal y puede variar según sexo, edad, peso o actividad física realizada. Si en algún momento dado nos excedemos con ingestas pesadas o comida no tan saludable, «convendría tomar medidas inmediatas, realizando una cena muy ligera o día siguiente depurativo para que la excepción no se convierte en regla», recomienda Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO.

  • Otro forma de neutralizar las calorías de los excesos es realizando actividad física durante las próximas 24 horas. Se estima que para eliminar el rastro de un helado (360Kcal) tendríamos que correr 30 minutos; de un chocolate de 100gr (522Kcal), hacer una hora de bicicleta; de una bolsa de chips (626Kcal), dos horas de remo; de una hamburguesa (633Kcal), un maratón de 10 km; y por cada ración de pizza (252Kcal), una hora de pesas. 

  • -Pizza mediana entera pepperoni (250 g) 1258 Kcal.

  • -Bandeja de crackers salados (250 g) 1035 Kcal.

  • -Sándwich de jamón y queso con mahonesa. 700 Kcal.

  • -5 piezas de pollo frito y media ración de patatas fritas. 738 Kcal.

  • -Ración de tarta de chocolate. 670 Kcal.

  • -1 bolsa de chips grande. 626 Kcal.

  • -Hamburguesa de ternera, lechuga, tomate y kétchup. 633 Kcal.

  • -Bol de almendra tostada, 250 g. 600 Kcal.

  • -Macarrones a la boloñesa precocinados, 325 g. 570 Kcal.

  • -Tableta chocolate extrafino 100 g. 555 Kcal.

  • -Barra de chocolate con galleta 100 g. 521 Kcal.

  • -Sándwich vegetal con queso y fiambre. 490 Kcal.

  • -Fajita o burrito tipo kebab. 460 Kcal.

  • -Hot dog con cebolla, pepino, salsa de queso y kétchup. 450 Kcal.

  • -Muffin con pepitas de chocolate, 130 g. 448 Kcal.

  • -Helado de vainilla en cono con dos bolas. 360 Kcal.

  • -Perrito simple con pan y salchicha.350 Kcal.

  • -Crepe de chocolate. 212 Kcal.

  • -Lata de cola de 330 ml. 139 Kcal.

  • -Botella de refresco de bitter. 105 Kcal.

Esta moda suscita mucho interés en quienes buscan la oportunidad de abrir un restaurante propio a bajo coste en zonas con pobre oferta gastronómica. Ha llegado el momento de reflexionar sobre su futuro en nuestro país, sobreponiendo al oportunismo empresarial una mayor concienciación sobre la salud, reiteran desde el IMEO.

Efectos negativos en la salud

«Los food trucks encajan perfectamente en el estilo de vida americano que tan bien nos ha vendido la industria cinematográfica, pero distan mucho de la realidad de una sociedad castigada por altas tasas de obesidad e índices de mortalidad en materia de cáncer, enfermedad cardiovascular y respiratoria, Alzheimer o la diabetes», señala Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del IMEO.

Esta situación podría mejorar mucho, si cambia el patrón alimentario actual hacia uno más saludable, dando prioridad al consumo de frutas, verduras y legumbres frente al de carnes procesadas, grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas.

«En temas gastronómicos no deberíamos dejarnos influenciar del país que ha creado e implantado con tanto éxito conceptos como 'comida rápida' (fast food) y 'comida basura' (junk food), configuradas íntegramente de alimentos que componen la lista de los 35 más adictivos», señala Bravo. Así, fomentar su consumo supondría un cortapisas para la dieta mediterránea y sería un mal ejemplo para los más jóvenes y su cultura alimentaria.

«El principal problema de estos productos es que aportan demasiadas calorías y favorecen el exceso de peso entre quienes los consumen con cierta frecuencia», apunta la nutricionista Estefanía Ramo. Con tan sólo una comida se podría ingerir la totalidad de energía diaria necesaria. Calentada este tipo de comida es aún más indigesta y es poco recomendable para niños y menores de edad en los que se acentúa más el efecto de 'empacho'. 

«Si una persona de 60 kilos, por ejemplo, toma un menú común de food trucks compuesto por hamburguesa completa, patatas fritas, cola y muffin, equivalente a unas 1761,24 Kcal, para quemarlo necesitaría caminar durante 8 horas y 20 minutos o jugar a fútbol 3 horas y media», añade Ramo.

Además, el consumo frecuente de alimentos fritos, rebozados y empanados, que tienen más cantidad de grasas saturadas, podría incrementar los niveles de colesterol 'malo' aumentando el riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Los productos pre elaborados y precocinados también llevan más sal, por el hecho que el sodio también se emplea como conservante, lo que influye negativamente en la hipertensión arterial y en la retención de líquidos. Otro inconveniente son los aditivos o condimentos fuertes que les añaden para estimular el apetito que con el tiempo pueden crear hábito.

Tupper mejor que Fast Food

Los expertos del IMEO proponen comparar una fiambrera preparada en casa con ensalada de pasta con verduras y un plato precocinado de macarrones a la boloñesa obtenido en un establecimiento de comida rápida.

«Aunque ambos platos tienen cantidades iguales (325g) y niveles de carbohidratos similares, ya que utilizan como ingrediente principal la pasta, la diferencia en calorías es significativa, teniendo casi el doble el plato de comida rápida», señala Andrea Marqués, experta en nutrición y gastronomía.

Es importante tener en cuenta que los macarrones a la boloñesa precocinados pueden tener hasta tres veces más grasas y niveles de sodio superiores. En cuanto al resto de vitaminas y minerales, a pesar de tener proporciones similares, el plato elaborado en casa aporta un nivel muy superior por incluir una base fundamental de verduras y una mejor conservación de los nutrientes que el plato de comida rápida que, además, puede llevar diversos aditivos, colorantes y conservantes.

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