El herido más grave, ingresado en Cruces con el 50% del cuerpo quemado
Familiares de los heridos esperan con angustia la evolución de sus allegados a las puertas de los hospitales. «A uno de los ingresados le han grabado un vídeo de su hija porque no paraba de decir que quería verla»
SILVIA OSORIO / JULIO ARRIETA / ERLANTZ GUDE
Sábado, 27 de mayo 2017, 16:13
Los duros momentos que se están viviendo esta mañana en la zona de Barinaga de Zorroza, en Bilbao, donde un incendio ha provocado cuatro muertos, están teniendo continuidad a las puertas de los hospitales, donde los familiares de los heridos esperan noticias de su evolución. Hay veinte personas afectadas, de las cuales ocho se encuentran graves y entre ellas, dos en estado crítico.
En la unidad de quemados de Cruces están ingresados los dos heridos en situación más grave: un hombre con quemaduras en el 50% del cuerpo y lesiones por precipitación desde altura y una mujer que permanece inestable e intubada. También se ha atendido a tres niños con lesiones en las piernas alguna lesión en tobillo y extremidad inferior por caída desde altura, pero están estables, y también ha ingresado un niño con afectación por humo, con el mismo diagnóstico. A las puertas de las Urgencias se congregaban esta mañana medio centenar de personas, entre familiares y amigos de los heridos allí ingresados. Gestos de preocupación, incesantes llamadas al móvil. «Se veía venir... El edificio de al lado se derrumbó el año pasado y éste estuvo apuntalado», advertía un vecino del portal 3, «al lado» del inmueble afectado. «El sobresalto ha sido tremendo, yo he salido de casa hasta en ropa interior», contaba el hombre, conmocionado. Conocía a los fallecidos, «unas personas trabajadoras» que llevaban «toda la vida residiendo allí». «Estamos apenados y doloridos», insistía el hombre, cuya mujer se lastimó también «en la rodilla» al salir corriendo del portal. «La imagen era la de la leña ardiendo».
Similares relatos y rostros de preocupación a las puertas de Basurto, a donde han sido evacuados una adolescente de 14 años y un joven de 21, de nombre Antonio. Una quincena de allegados esperaban su evolución y contaban que Antonio solo pedía ver a su hija, que se encuentra perfectamente. Como la niña no ha podido subir a la habitación en la que su padre se recupera de las heridas, «el abuelo le ha grabado un vídeo a la chiquilla para que lo vea el padre, que no paraba de preguntar por ella».
En el hospital de San Eloy, Arturo Amaya se erigía en improvisado portavoz de los familiares. Su sobrina Irene se encuentra en el centro médico recuperándose a las heridas sufridas en los pies al lanzarse por la ventana. Mientras, su marido Toño permanece ingresado en Basurto, donde los sanitarios revisan las lesiones en las vértebras. «Tienen una niña y cuando se ha desatado el fuego la han sacado por la ventana. Luego han lanzado un colchón por la ventana y se han lanzado ellos. Ha sido al caer cuando él se ha hecho daño en la espalda y su mujer, en los pies, pero los dos se encuentran bien».