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Vecinos de Zorroza se examinan los daños causados por el incendio.
«Los niños saltaban en llamas por la ventana»

«Los niños saltaban en llamas por la ventana»

Los vecinos de la bilbaina calle Barinaga narran los momentos de pánico que se han vivido al apoderarse las llamas del edificio en el que residían varias familias

AINHOA DE LAS HERAS / MARTA FERNÁNDEZ VALLEJO

Sábado, 27 de mayo 2017, 16:22

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El barrio de Barinaga de Zorroza de Bilbao ha amanecido este sábado con el tremendo sobresalto del fuego y la desolación por la muerte de una joven de origen asturiano, su marido y sus dos hijos que ha provocado. Numerosos vecinos, algunos familiares de los afectados, han narrado el tremendo dolor que vive la comunidad. Jaime Suárez Montoya fue uno de los primeros en llegar junto con su mujer. «Los gritos nos despertaron sobre las seis de la mañana y saltamos de la cama. Vivimos al lado, y mi mujer y yo vimos cómo las llamas salían por las ventanas y el tejado de la casa». El relato de Jaime se corta y se tapa la cara con las manos deshecho en lágrimas. «Los niños saltaban por las ventanas con la ropa ardiendo y los abuelos se tiraron detrás, tenían muchas partes del cuerpo quemadas y cuando llegamos hasta ellos vimos que sufrían graves fracturas por la caída porque serán unos cuatro o cinco metros de altura», añadía muy afectado Jaime, que es primo de las víctimas.

Su duro testimonio junto a la casa que ha quedado destrozada por las llamas se producía mientras los Bomberos todavía estaban rescatando con una escalera por el tejado los cuerpos de las víctimas. «Los pequeños salían con quemaduras en las piernas y agotados, con problemas para respirar por el humo», ha añadido. Según explicaban algunos testigos uno de los niños, de unos 11 años, se quedó escondido en el inmueble y los bomberos lo rescataron por el tejado con heridas graves. La confusión sobre las identidades de las víctimas han mantenido en vilo a los familiares durante varias horas. «Los padres de los críos son muy jóvenes y creo que han muerto», decía José Escudero, otro miembro de la familia. Kevin relataba que su primo Lolo, un niño de unos diez años, había logrado salir por su propio pie. «Iba mareado por el humo, como dando tumbos», comentaba el menor.

Relatos similares se escuchaban por boca de los residentes en la zona. Según Encarna, una de las vecinas afectadas, «empezó a arder el portal a eso de las seis de la mañana y tuvimos que salir por una de las ventanas que dan a la calle. Fue horrible». Dos de sus nietos pudieron salir de la casa ayudados por su marido, que intentaba orientarse entre nubes de humo y un calor asfixiante. «Él fue quien consiguió sacar a los pequeños. Luego pude saltar yo», explica con la voz entrecortada.

Según algunos de los testigos que se encontraban en la zona, cuando los vecinos consiguieron reunirse en la calle, asustados y conmocionados tras su huida de las llamas, hicieron recuento y vieron que faltaban algunas personas. Aunque la actuación de los Bomberos permitió rescatar todavía a un par de jóvenes que se habían quedado en el interior del inmueble. «Sentíamos una impotencia terrible», resume Elena, una joven que reside en la vivienda y veía cómo las llamas destrozaban su casa mientras los especialistas intentaban salvar la vida de personas que todavía no habían podido salir al exterior. Dentro, sin embargo, quedaban todavía cuatro personas que perderían la vida.

La calle Barinaga se llenó a lo largo de la mañana de familias afectadas por el incendio que tuvieron que ser atendidas por los servicios de asistencia social. Muchos de los vecinos, descalzos y con ropa de cama al haber tenido que huir de forma precipitada, recibieron ropa y calzado. Con caras de pánico y todavía incapaces de asimilar la magnitud del drama, asistían a los intentos de los bomberos de sofocar unas llamas que habían acabado con su hogar.

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