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Tecnología ecológica a pie de playa

Tecnología ecológica a pie de playa

Un gorro y unas gafas de sol inteligentes miden la intensidad de los rayos ultravioletas

Jessica M. Puga

Jueves, 23 de julio 2015, 01:07

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La radiación ultravioleta es peligrosa, sobre todo en verano, pero invisible para el común de los mortales por lo que el riesgo aumenta. O eso, al menos, era antes de que la asturiana María Castellanos (Gijón, 1985) y el madrileño Alberto Valverde (1967) se pusieran a trabajar en su Environment Dress, el proyecto ganador del desafío Next Things 2015 que promueven Laboral y Telefónica I+D. Con él, Castellanos y Valverde, que en 2012 fueron becarios de AlNorte, pretenden medir y demostrar cómo el medio afecta y condiciona al ser humano atendiendo a factores tan variados como el ruido, el monóxido de carbono o la misma radiación ultravioleta.

Sobre esta última quisieron centrarse ayer aprovechando que la primera mitad de su trabajo la que han desarrollado en Laboral Centro de Arte está apunto de expirar. Ambos se fueron a la Escalerona de Gijón con Protección solar en código abierto, es decir, armados con un sombrero y unas gafas inteligentes y dispuestos a explicar al curioso público su proyecto y las aventuras de sus dos primeros meses de trabajo. «Traemos dos objetos cotidianos e inteligentes capaces de medir cuánta radiación ultravioleta estamos recibiendo para que así, teniendo los datos, sepamos qué precauciones debemos tomar», aseguró la gijonesa. Por eso que junto a ellos se situó un cartel informara de qué atenciones son necesarias según el índice de UV.

La tarde estaba nublada y, aun así, los receptores recibían una acción valorada en 2, un valor que de antemano no entraña especial riesgo. «Un día salimos al exterior de Laboral y llegamos a captar un 11, un valor ya muy importante en el que se recomienda buscar lugares de sombras y no salir de casa sin camisa, crema de protección solar y sombrero», recuerda Castellanos. «Dentro de unos años no será raro que nuestra ropa sea inteligente como lo son ya nuestros teléfonos», explicó Valverde al evidenciar cómo la tecnología copa cada vez mayor espacio en la sociedad, algo que se incrementa, por ejemplo, «cuando hablamos de salud», continuó. De hecho, el público que se atrevía a probar el gorro y las gafas destacaba precisamente la comodidad potencial de las prendas. «Me parecen útiles para distinguir la luminosidad mínima necesaria para echarnos crema, aunque en realidad y, como han explicado ellos, sea conveniente echársela siempre», recalcó Lucía Gallego. Muchos coincidieron en calificar los productos como «algo aparatosos y pesados», aunque también eran conscientes que se trata de un producto aún en desarrollo al que «ven utilidad». «Ten en cuenta que es un traje que podrás configurar para que mida el ruido ambiente, por ejemplo. Si ves que los avisos comienzan, podrás optar por cambiar de ruta», ejemplificó la responsable haciendo hincapié en que todo el proyecto está en código abierto.

Tras la jornada de ayer, tanto Castellanos como Valverde tomarán unos días de descanso para partir después a Barcelona, donde desarrollarán la segunda parte de su Environment Dress. Aquí, el objetivo es que diferentes personas salgan a la calle con el traje para poder extrapolar los datos que reciban.

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