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Tu móvil podría tener un software espía, ¿qué hacer para evitarlo?

Tu móvil podría tener un software espía, ¿qué hacer para evitarlo?

El caso de Blu, la marca estadounidense cuyos teléfonos enviaban información confidencial de sus usuarios a servidores chinos, reabre el debate sobre la seguridad de los smartphones fabricados en el gigante asiático

iñaki juez

Lunes, 26 de diciembre 2016, 12:57

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Una cosa es que nuestros móviles de última generación, que son auténticos ordenadores que caben en la palma de una mano, puedan ser atacados por un grupo de hackers sin escrúpulos y otra muy distinta que los teléfonos incorporen de serie programas espías instalados por orden de una potencia extranjera. No, no se trata del guión de una película de James Bond. De hecho, es una amenaza de lo más real. Y si no, que se lo digan a los dueños de un teléfono Blu, una de las marcas que más smartphones venden en EE UU, que se tuvieron que enterar por la prensa de que sus terminales, ensamblados por fabricantes chinos, transmitían en secreto todo tipo de datos personales a unos servidores instalados en Pekín. Tal cual.

El escándalo, y más tratándose de una empresa norteamericana que tendría que velar por la seguridad de sus compatriotas, ha provocado la alarma inmediata en todos los ámbitos de la sociedad estadounidense. Y claro, no tardaron en surgir incómodas preguntas del estilo de: ¿se trata de un hecho aislado o solo estamos ante la punta del iceberg? Luis Corrons, uno de los responsables técnicos de Panda -la empresa bilbaína famosa por su antivirus- lo tiene claro: «No es nada nuevo. De hecho, es una práctica normal en terminales que vienen de China».

Ante todo, hay distinguir entre móviles y móviles. No es lo mismo un smartphone diseñado desde cero por Apple, aunque se fabrique en China, que el de una marca como Blu en EE UU, por poner un ejemplos. En este caso, sus terminales son ensamblados por una segunda empresa tras hacerse con los componentes que proceden de distintos fabricantes del gigante asiático, muchos de ellos con su software incluido.

Versiones chinas de Android

Y precisamente, ahí es donde ha radicado el fallo de seguridad detectado en la compañía norteamericana. Incluir una versión de Android firmada por Shangai Adups Technology Company, una compañía asiática especializada en firmwares para teléfonos smartphones, tabletas y demás dispositivos inteligentes.

Se calcula que el software de Adups se encuentra en 700 millones de aparatos, de los cuales 120.000 son smartphones de la marca Blu. Nada nuevo bajo el sol si no fuera porque entre sus líneas de código se ocultaba una especie de virus que transmitía a servidores chinos todo tipo de información de sus usuarios como mensajes de texto, registros de llamadas, geolocalización y agenda de contactos, entre otros. Y todo ello sin que, aparentemente, nadie lo supiera, excepto Google que llegó a detectar esta actividad indeseada en estos terminales que corrían bajo su plataforma móvil.

Tras destaparse el escándalo gracias a un estudio de la empresa Kryptowire, Adups, que también trabaja para marcas tan conocidas como Huawei o ZTE, se ha limitado a disculparse por insertar en los teléfonos de Blu un firmware con troyano incluido. Una abogada de esta empresa explicó, mediante un comunicado, que esta funcionalidad nunca debió de estar activada en los móviles con destino al mercado estadounidense, aunque aseguran que el único objetivo de este tipo de programas ocultos es «mejorar la atención al cliente» y posibilitar futuras actualizaciones, al mismo tiempo que descartaba toda relación con el Gobierno chino.

«Ingresos extras»

Pero la realidad es que la línea que separa a los fabricantes del gigante asiático con su Gobierno es, como mínimo, difusa, tal y como asegura Luis Corrons. De hecho, los teléfonos con destino a su propio mercado incluyen toda clase de spyware de serie. «Para muchos de estos fabricantes asiáticos, una forma de garantizarse unos ingresos extras es comerciando con la información que pueden obtener de sus usuarios», destaca el directivo de Panda para el que esta práctica no es entendida en Oriente como algo punible como sucede en Europa o EE UU.

Por eso, hay que tener en cuenta que si adquirimos un teléfono de importación a través de un intermediario, una práctica cada vez más extendida entre los consumidores de este tipo de productos tecnológicos debido a su excelente relación calidad-precio, tenemos todas las papeletas de que cuente con algún que otro programa espía. De hecho, no hay más que ver las innumerables páginas de multitud de foros dedicadas a cambiar el firmware de teléfonos de marcas chinas tan populares como Xiaomi y así eliminar para siempre de su memoria una serie de aplicaciones de dudosa funcionalidad que «aunque las detecte un antivirus son imposibles de borrar, porque carece de los permisos del sistema operativo para hacerlo» apunta Corrons.

Por eso, si tenemos un móvil chino o pensamos en adquirir uno, lo más recomendable es «informarnos bien» de todo lo que puede esconder su firmware. «Por fortuna, en Internet puedes encontrar todos los datos que necesitamos si queremos evitar que nos espíen, aunque se requiere de cierta pericia a la hora de seguir estas instrucciones, ya que un error puede afectar al correcto funcionamiento de los teléfonos», destaca el directivo de Panda quien también pronostica que fallos de seguridad como el de Blu están destinados a repetirse en otras empresas occidentales que encargan el esamblado de sus móviles a fabricantes asiáticos. «No tengo duda de que veremos más casos de estos en el futuro, aunque sea por descuido y sin intencionalidad aparente. Solo controles de calidad más exhaustivos pueden llegar a evitarlos», añade.

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