Borrar
El asturiano Luis Iván Cuende, paseando por Madrid. :: F. Sánchez
«Hay mil maneras de ganarse la vida»

«Hay mil maneras de ganarse la vida»

Luis Iván Cuende Emprendedor tecnológico, 'hacker' y asesor de la Comisión Europea

michael mcloughlin

Lunes, 22 de septiembre 2014, 08:04

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Gafas de pasta, media melena, bermudas y zapatillas deportivas. Todo normal para un chico que acaba de arribar a la mayoría de edad. Tan solo una camiseta de Bitcoin podría delatar a Luis Iván Cuende (Oviedo, 1995), ese joven español que hace dos años fue nombrado mejor 'hacker' europeo y que hoy colabora con Firefox OS, estuvo a punto de ser fichado por Whatsapp y pertenece a un 'consejo de sabios' que asesoran a la vicepresidencia de la Comisión Europea sobre asuntos de tecnología. Sus méritos no acaban ahí, a los 12 años creó Asturix, un sistema operativo basado en Linux, y con 18 suma en su haber tres 'start-ups', algo que cuenta en su primer libro 'Ni estudio, ni trabajo'. «Hay otras mil maneras diferentes de ganarse la vida, no solo lo que nos han contado desde pequeños», asegura.

-Usted se queja de que su generación no está sabiendo aprovechar las oportunidades de internet.

-El problema es que utilizamos internet como una vía de escape. Abrir Facebook o Instagram es una forma muy elegante de perder el tiempo, pero nos autoconvencemos de que es algo social. Internet te da más oportunidades que ver gatos y porno. Se puede hacer que millones de personas sean un poco más ricas en países en desarrollo como hice yo con Asturix, un software que se podía descargar gratuitamente para evitar que recurriesen a un Windows pirata o acabasen pagando. Puedes mejorar su vida con una buena idea.

-Hay quien dice que no solo basta con una buena idea, que también hace falta inversión.

-Cuando empecé lo hice en casas de mis padres, a los doce años y con 50 euros de presupuesto. Me sobró dinero porque básicamente tuve que comprar el dominio para que la gente accediese a mi servicio. Eso es lo grande que tiene el software. Te permite llegar a los millones de personas conectadas a un coste muy bajo. Te abstrae de las barreras físicas.

-¿El precio de la tecnología se ha alejado de lo que realmente puede pagar las personas?

-Mucho. Me hace mucha gracia Apple. Se sabe que un iPhone cuesta tres veces lo que les cuesta fabricarlo. En otros casos el precio está menos inflado, como en Android. Creo que al final se cumplirá la ley de Moore. La tecnología irá sumando capacidad de procesamiento al mismo precio y el usuario no tendrá que comprarse lo último de los último.

-Con tres empresas en su currículum, ¿por qué le molesta tanto que se refieran a usted cómo un emprendedor?

-Falta un poco de selección de los proyectos que la gente quiere hacer. Se ven proyectos que existen en otros lugares del mundo, copias, clones Hacer el negocio por hacerlo. Cambiar eso es lo que diferencia a un empresario tradicional de un emprendedor, una palabra que no me gusta porque su significado está bastante prostituido. Hay mucha burbuja, hay mucha gente que no sabe qué hacer con su vida y le acabamos viendo como emprendedor con algunas cosas que no se sostienen.

-¿Una asignatura de programación en el colegio ayudaría a ver más casos de éxito como el suyo?

-Pienso lo mismo que cuando me preguntan por una asignatura de emprendimiento. No se debería forzar a nadie a aprender lo que uno no quiere. Sin embargo, creo que programar es algo importante que se aprenda. A mi hijo se lo enseñaré porque estoy seguro de que es más útil y aporta más cultura que aprenderse las obras de un escritor de hace cuatro siglos que no se va a leer en la vida. Te sirve para comprender lo que utilizas cuando navegas en internet y a que no vulneren ciertos derechos, ni te estafen, saber por qué una aplicación te pide unos permisos en un mundo como el nuestro, es un poco peligroso no saber cómo funciona lo que te rodea.

-A pesar de su edad, también lo ha intentando con Bitcoin.

-Lancé dos proyectos relacionados con Bitcoin. Por una parte, quise montar una casa de cambio donde pudieses cambiar estas monedas por euros y viceversa sin pasar por ninguna empresa centralizada. El otro proyecto era una casa de cambio en Suiza, pensando en los grandes inversores que tienen allí el dinero. Finalmente, lo hemos aparcado porque perdimos a la persona que teníamos detrás y no nos planteamos seguirlo.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios