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El desarrollo de nuevos algoritmos permitirá el desarrollo de robots más inteligentes
Algoritmos con carne y hueso

Algoritmos con carne y hueso

Desde ayudar a patrullar una ciudad hasta escribir una noticia, los sistemas informáticos están más cerca de las actividades humanas

Michael McLoughlin

Lunes, 26 de mayo 2014, 02:34

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Desde patrullar las calles y ayudar a reducir la criminalidad en una gran ciudad de la costa oeste de Estados Unidos hasta escribir la noticia de un terremoto que ha sacudido en plena noche las entrañas californianas. Por raro que pueda parecer, estas tareas no han sido obra de ningún ser humano pluriempleado sino que han sido actividades llevadas a cabo por fórmulas matemáticas. Los algoritmos de los sistemas informáticos han realizado en los últimos tiempos grandes avances que abren la puerta enormes mejoras en la inteligencia artificial de las máquinas para que acaben convirtiéndose en robots que convivan día a día con las personas.

«Se integrarán en la vida cotidiana con los humanos si les ayudan a resolver problemas», augura Alberto López, uno de los fundadores de '365looks.com', una plataforma española que cuenta con varios algoritmos que persiguen emular los servicios de un 'personal shopper' en tiendas de moda de internet. Teniendo en cuenta factores como el físico, el presupuesto o el evento al que se va asistir confeccionan un patrón de recomendación de prendas para las clientes.

«Los más complicados son los que intentan emular capacidades cognitivas humanas», cuenta este ingeniero, quien añade que hay que hacer mucho trabajo con expertos en medicina o moda para configurar estas secuencias. «Sacar de su cabeza el cómo resuelven los problemas y llevarlo a un algoritmo es complejo», prosigue. «En nuestro caso fue especialmente complejo, ya que creo que no hay nada más alejado de la tecnología de la moda, que es muy subjetiva y cambiante».

Muchos de los gigantes de internet, como Amazon o Google, han hecho de lo singular de los algoritmos su mayor fortaleza. Enfrascado en otros futuristas proyectos como la creación de un flota de 'drones' de reparto, el gigante del comercio electrónico ha patentado un algoritmo que le podría permitir predecir la compra al usuario y enviar el paquete antes de que se formalizase el pago. Unas innovaciones en las que jugará un papel básico el fenómeno de los datos masivos, que permitirá a estos sistemas trabajar con ingentes cantidades de información.

«La manera en que hacemos determinadas elecciones cada vez está más influida por unas cuántas empresas de tecnología con potentes infraestructuras de datos», advierte a este respecto el escritor y científico Michael Nielsen en su ensayo 'Big data: ¿a quién pertenece?', incluido en el libro 'Cambios'. En dicho texto, Nielsen aboga por que estas inmensas fuentes de información acaben «a disposición de todos los habitantes del mundo» en un único contenedor destinado «a la experimentación y creación de mejores y nuevo modos de vida».

Contra la criminalidad

Quizá uno de las innovaciones que a las que se refiere Nielsen es el método que ha permitido reducir la criminalidad en ciertos barrios de Los Ángeles. Allí, la Policía local ha puesto a prueba un programa creado por la start-up PredPol que marida registros sobre robos y otros delitos anteriores con estudios y análisis sociológicos. Las pruebas, por el momento, se han saldado con una reducción del 25% de denuncias en las áreas donde se aplicó este método.

A finales del pasado mes de marzo, Ken Schwenke, un programador del diario 'Los Ángeles Times', consiguió que su periódico fuese el primero en informar de un terremoto en California pocos minutos después de que sucediese. Lo hizo gracias al 'robot-journalism' ('robot-periodismo'), un algoritmo con plantillas predefinidas que completó con datos de las autoridades locales. «Es complementario», comenta el padre de la criatura, que cree el formato no eliminará puestos de trabajo sino que permitirá ahorrar tiempo. «Harán la forma de trabajar de todo el mundo muchos más interesante», asegura sobre este tipo de sistemas.

Sistemas que también han intentado imitar el ojo humano. Y es que el doctor del Massachussets Institute of Technology (MIT), Aditya Koshla, consiguió crear una fórmula que predecía la popularidad que una fotografía iba a tener en Instagram, teniendo en cuenta cosas como el número de seguidores, las etiquetas, la longitud de título y aspectos técnicos como el color, el degradado o la disposición de los objetos. Una innovación similar a la de la compañía Xerox, que en su laboratorio de innovación de Grenoble ha conseguido dar forma a un patrón que clasifique las imágenes por lo «bellas» que son, acercándose mucho al criterio humano. «Tratamos de aprender que es lo que tienen estas características que hacen que una foto sea buena», explicó Craig Saunders, uno de los responsables del centro.

Entre otros, se han visto sistemas que han permitido mejorar el sistema de climatización de un museo medieval de Manhhattan para conservar mejor sus obras, otro que ilustra automáticamente los textos de Wikipedia o incluso, uno que permite ahorrar tiempos de espera y retrasos a las aerolíneas. El futuro es prometedor. Científicos del MIT presentaron hace unos días un algoritmo de ocultación que hace soñar con lograr un camuflaje similar a la invisibilidad. En Washington, un grupo de expertos ha creado uno que utiliza todo el material disponible en internet para analizarlo, memorizarlo y reconocerlo, consiguiendo aprender de forma autónoma sobre cualquier tema.

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