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Boris, el robot
Crean un robot capaz de cargar un lavavajillas

Crean un robot capaz de cargar un lavavajillas

La Universidad de Birmingham (Reino Unido) ha presentado a Boris 2, un robot preparado para decidir como coger y depositar objetos de formas extrañas de una forma similar a la que lo harían los humanos

innova+

Viernes, 12 de septiembre 2014, 19:58

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Boris tiene dos largos brazos y una mano de color metálico y aspecto humano. Con dedos y articulaciones de imitación. La otra es una pinza porque es un robot especializado en coger cosas y en soltarlas con cuidado. Una tarea trivial para casi cualquier persona y un gran reto para las máquinas. En una presentación a la prensa durante el British Science Festival ha mostrado sus talentos como colocador de cacharros en un lavavajillas.

«El escenario que hemos propuesto es conseguir que el robot cargue un lavaplatos», aseguró Jeremy Wyatt, uno de los creadores de Boris, durante la presentación. «No porque creamos que los robots cargadores de lavavajillas sean una necesidad social o económica en la actualidad. Sino porque integra una enorme cantidad de tareas difíciles de manipulación de objetos». Mientras que programar un robot para agarrar siempre el mismo objeto es relativamente fácil, el suyo se adapta a casi cualquier forma y tamaño. «Una vez que has dominado eso, la manipulación de objetos totalmente desconocidos, puedes hacer todo tipo de cosas», sentencia.

Mil opciones en 10 segundos

Durante la presentación Boris se encargó de coger una jarra y una sartén. Y de soltarlas después en una bandeja. La primera la agarró del borde aunque tenía asa y la segunda al estilo humano (sus dedos rodearon el mango, y de ahí tiró). «El robot calcula unos 1.000 agarres distintos en aproximadamente 10 segundos», explicó Wyatt. «Disfruta de la libertad de tener todos esos dedos, así que su cerebro tiene que trabajar duro».

«El sistema que hemos creado permite a los robots evaluar un objeto y generar cientos de opciones de agarre. Eso significa que el robot es capaz de tomar decisiones sobre cuál es la mejor forma de cogerlo, y que no tiene que ser reentrenado cada vez que el objeto cambia», apuntó Wyatt. El objetivo es crear robots capaces de adaptarse a todo tipo de circunstancias, para que puedan trabajar junto a seres humanos en las fábricas. Que un cambio pequeño en un proceso de manufactura no suponga una reorganización completa. «Aún estamos a 5 o 10 años de conseguirlo», apuntó Wyatt. «Pero vamos a tener humanos y robots trabajando juntos, y eso significa que van a tener que ser capaces de lidiar con todas las incertidumbres que las personas introducen en su entorno».

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