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Así se cree que eran los seres humanos en Europa Occidental hace 7.000 años.
Las supercomputadoras revelan nuestros ancestros

Las supercomputadoras revelan nuestros ancestros

Investigadores norteamericanos trazan los orígenes de los europeos modernos gracias a la tecnología

antonio villarreal

Miércoles, 12 de noviembre 2014, 15:00

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Hace siete mil años, los orígenes de los actuales europeos se dividían en tres poblaciones distintas. Estos resultados han sorprendido al grupo de científicos que, utilizando sofisticadas herramientas genéticas y simulaciones mediante supercomputación, se propuso verter un poco de luz sobre nuestro turbio pasado prehistórico. Este trabajo ha aparecido recientemente en Nature.

Para compartir de forma interactiva recursos informáticos, datos y conocimientos, los científicos emplearon un sistema virtual único llamado XSEDE, y para analizar el código genómico, la supercomputadora Stampede, de casi 10 petaflops de capacidad, que las empresas Dell e Intel instalaron en el Centro de Computación Avanzada de Texas (TACC). Esta investigación fue financiada en parte por el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos.

"El principal hallazgo es que los europeos modernos parecen ser una mezcla de tres poblaciones ancestrales diferentes", dijo Joshua Schraiber, coautor del estudio e investigador postdoctoral en la Universidad de Washington.

Contra la opinión establecida

Schraiber dijo estar sorprendido por estos resultados, ya que la opinión predominante entre los científicos es que en Europa sólo dos grupos distintos se mezclaron hace entre 7.000 y 8.000 años, ya que fue entonces cuando los seres humanos comenzaron a adoptar la agricultura.

Los cazadores-recolectores con piel morena y ojos azules se expandieron por el continente hace unos 12.000 años, avanzando hasta el norte con el retroceso de los glaciares al final de la última Edad de Hielo. Más tarde, los primeros agricultores europeos emigraron al oeste desde Oriente Próximo y se mezclaron con estos cazadores-recolectores. La evidencia genética reveló que estos agricultores tenían también la piel clara y ojos de color marrón.

El tercer y misterioso grupo que ha surgido a partir de los últimos datos parecen ser antiguos eurasiáticos del norte. "La gente de la zona de Siberia es como yo lo conceptualizo. No sabemos demasiado antropológicamente sobre quiénes eran estas personas. Sin embargo, la evidencia genética es relativamente fuerte, porque tenemos ADN antiguo de un individuo que está muy estrechamente relacionado con aquella población", dijo Schraiber.

Ese individuo es un niño de tres años de edad cuyos restos fueron encontrados en un lugar llamado Mal'ta, cerca del lago Baikal en Siberia. Los científicos determinaron que un hueso del brazo tenía al menos 24.000 años de antigüedad. A continuación, secuenciaron su genoma, que pasa a ser el segundo más antiguo secuenciado de un humano moderno. Curiosamente, a finales de 2013, los científicos que estudiaron el genoma de Mal'ta encontraron que cerca de un tercio de la ascendencia nativa americana se originó a través del flujo de genes de estos antiguos eurasiáticos.

"Creo que hubo un poco de suerte en esto", dijo Schraiber en referencia al genoma de Mal'ta. "Sabíamos que los modelos no encajaban, pero no sabíamos lo que estaba mal. Por suerte, este nuevo ADN antiguo había aparecido".

Desentrañando el ADN antiguo

Lo que los científicos hicieron fue tomar los genomas de estos antiguos humanos y compararlos con 2.345 genomas de europeos de hoy en día. "Utilizamos el conjunto de datos POPRES, que había sido utilizado antes para hacer preguntas similares, pero mirando sólo a los europeos modernos," dijo Schraiber. "Y luego usé un software llamado Beagle", escrito por Brian Browning y Sharon Browning de la Universidad de Washington, y capaz de detectar computacionalmente regiones de identidad por descendencia en el genoma.

A partir de ahí, la supercomputadora Stampede hizo el resto, aunque incluso con su capacidad, necesitó varios días. "Tener acceso a la supercomputadora era esencial, porque en algún momento yo estaba usando cien gigabytes de memoria RAM para hacer algo", dijo Schraiber.

Trabajando con la intuición de que el genoma de Mal'ta podría llenar algunos espacios en blanco, Schraiber comprobó que hay muchas más identidades por descubrir en nuestros ancestros de lo que esperaba. Ahora, Schraiber y sus compañeros miran hacie el este de Asia y África, los siguientes puntos clave para estudiar la historia humana a partir del análisis de nuevas fuentes de ADN antiguo.

"Usar la evidencia arqueológica te dice muchas cosas. El ADN moderno también dice mucho. Pero es mediante la combinación de ambos y consiguiendo ADN antiguo, lo cual es evidencia antropológica y genética al mismo tiempo, como se desentrañan estas cosas. Así es posible encontrar la complejidad que simplemente no sabíamos que había antes".

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