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Ángel Pariente. :: J. BILBAO
Cultura

«No tengo raíces, sino pies»

El poeta, editor y traductor asturiano pasó ayer por los encuentros poéticos del Antiguo Instituto, donde leyó parte de su última obra Ángel Pariente Escritor

ALBERTO PIQUERO

Sábado, 4 de junio 2011, 05:18

Nacido en 1937, en Gijón, a Ángel Pariente le llegó el momento en el que la provincia se le hizo demasiado oscura y emprendió viaje a Madrid, por los alrededores de 1965. Allí fundaría, junto a Silverio Cañada, la Editorial Júcar, entre cuyos méritos está, por ejemplo, haber publicado de modo inédito en España la poesía y las canciones de Bob Dylan. Por su parte, ha ido acopiando una obra lírica, que tiene títulos tales como 'Los sueños', 'Oscuro corazón de la llama' o, volviendo a la busca del tiempo perdido, 'De provincia'.

-¿Haber nacido en plena guerra civil marca un destino?

-Sobre todo, a mí me marcó aquella posguerra áspera y agria. Aunque en mi casa eran liberales y los estudios escolares los hice en una academia de la calle Casimiro Velasco, que dirigían los descendientes de un exiliado.

-No obstante, pronto se va a Madrid...

-Después de terminar los cursos de la Escuela de Comercio. Sería exagerado decir que huí, pero sí es verdad que Gijón en aquellos años años era un erial. En Madrid, me senté en la tertulia de la cafetería Pelayo a la que acudían Gabriel Celaya, Armando López Salinas, Pepe Esteban, José María Carandell... Eso era lo que me había llevado a Madrid, el atractivo literario.

-Por los nombres que menciona, la atracción literaria y un 'nido de rojos', empleando la jerga de la época...

-Madrid era una ciudad abierta. De los comunistas, fui compañero de viaje. Pero en 1968, ya publiqué mi primer libro, 'Este error', mientras trabajaba duro en una empresa de importación y exportación. No obstante, pienso que muchos de aquellos ideales se fueron traicionando al paso de los años.

-¿Cómo surgió la Editorial Júcar?

-Era una idea que tenía desde hacía tiempo. Lo que me faltaba era el dinero. De modo que surgió por la participación de Silverio Cañada, con el que mantenía amistad. Él estaba haciendo la Gran Enciclopedia Asturiana, que iba viento en popa. Y puso el 75% del capital inicial. Yo, el 25 restante. El primer libro que editamos fue de Rosalía de Castro. Y en la colección 'Los Juglares', las poesías y canciones de Bob Dylan, inéditas en España. Las tiradas que poníamos en las librerías son impensables hoy: de veinte mil y treinta mil ejemplares.

-Y usted escribe en ese periodo, 'Ser alguna vez'. ¿Es difícil llegar a 'ser'?

-Yo lo entiendo a la manera de vivir en el otro, que quizá responde tanto a la insatisfacción de vivir en tu propia piel como a la infinita curiosidad por saber de los demás mundos.

-La última obra que ha publicado y sobre la que continúa ampliando poemas, es 'De provincia'.¿Es una forma de volver a casa?

-¿Volver a casa? Más bien lo contrario. Evoco aquellos años 60 de convivencia ardua, en una ciudad levítica donde mandaban las apariencias. Los estamentos sociales estaban muy bien delimitados. Si bien nosotros teníamos nuestros grupos de salvación, en el que hablábamos de Lorca o del surrealismo.

-¿Viene con frecuencia?

-Paso la mitad del año en Ortiguera, si bien suelo decir que no tengo raíces, sino pies. Aquello de que la patria del hombre es la infancia, me parece una bobada. O una versión del síndrome de Estocolmo.

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