«Entre el pasado y el futuro, perdemos el presente»
Profesionales de Salud Mental concluyen en Avilés el curso de formación en terapia de atención plena o Mindfulness
F. DEL BUSTO
Jueves, 24 de noviembre 2011, 03:38
Disfrutar del sonido del viento, de cada paso que se da, de los colores del cielo... Puede parecer un ejercicio sin sentido o para ricos, pero, en realidad, ahí reside parte de la clave de la terapia Mindfulness o de atención plena en el que se han venido formando profesionales de Salud Mental de Avilés en cuatro jornadas diferentes que se han venido celebrando en el Hospital San Agustín desde el pasado mes de mayo.
El curso concluyó ayer con la participación de las doctoras Beatriz Rodríguez Vega y Carmen Bayón Pérez, ambas psiquiatras en el Hospital La Paz de Madrid. «Con frecuencia vivimos con una idea del pasado, añorándolo o rechazándolo, y planificando el futuro, donde la preocupación llega a ser una patología. Entre ambos, muchas personas pierden el presente», explica Beatriz Rodríguez Vega para indicar que el Mindfulness es una terapia que busca «que la mente regrese al presente, que es dónde vivimos, y salga de ese circuito».
La aplicación de esta terapia no es sencilla. Exige que los profesionales que trabajen con ella «lo asuman, lo practiquen», señala Rodrígez Vega.
En el trabajo de consulta, el objetivo es ayudar a las personas a que acepten su realidad y, a partir de ahí, aprendan a vivir con ella. «La aceptación es el hermano pequeño del cambio», concluye Vega.
Ambas explican que en el Hospital La Paz ya existe un grupo de trabajo que desarrolla este método con diferentes pacientes: oncológicos, con dolor crónico, diabetes, trastornos de alimentación... «En un estudio, comparando enfermos oncológicos con depresión, en los que se combinaba esta terapia con los fármacos, se comprobó que mejoraba su calidad de vida», detalla Carmen Bayón.
Sin llegar a los niveles terapéuticos, ambas recomiendan que todo el mundo haga sencillos ejercicios de atención plena. «Es sencillo: recuperar los sentimientos, rescatar la mente del niño, ser conscientes de que caminamos, de los colores del cielo», concluye Bayón.