«Creía que aquí no pasaba, pero a mí también me han censurado por un cuento»
La autora presenta 'El fin de la raza blanca', donde reúne catorce provocadores relatos que no dejan indiferente a nadie Eugenia Rico. Escritora
ELENA SIERRA
Martes, 13 de marzo 2012, 10:58
«Lo bueno, si breve, dos veces intenso». Eugenia Rico (Gijón, 1972) lo tiene muy claro, y de ahí que sea una gran defensora del cuento como vehículo para transmitir buena literatura y mejores ideas. «Estoy en contra de la literatura 'light'. Necesitamos cosas que nos sirvan para algo, que nos rescaten emocionalmente», reflexiona. Será por eso que en 'El fin de la raza blanca' (editorial Páginas de Espuma), un volumen con catorce cuentos que tienden mucho a la brevedad, la intensidad es lo que manda. «Lo descafeinado no nos hace sentir vivos», sentencia Rico.
En este librito de menos de 100 páginas, dividido en Cielo, Purgatorio e Infierno, hay lugar para el amor y el maltrato, el sentido de la vida, el viaje en todos los sentidos, la locura, la violencia. Todo muy potente «y con varias lecturas, como en todo lo que escribo. Por ejemplo, en el relato que da título al libro y que lo cierra, uno se puede quedar con la lectura más superficial o sacar lo que hay más allá».
Y no es que lo que ella considera el método 'superficial' de sumergirse en su libro sea sencillo y fácil de digerir: un padre que abusa de su hija en la India antigua. Los celos de un portugués que ha enamorado a la princesa llevan a la muerte y por tanto a la 'desaparición de la raza blanca'. «Pero es también una metáfora de que la manera de vivir en Europa occidental, tal y como nosotros la hemos conocido con el bienestar y el desarrollo, está en peligro y a partir de ahora nos toca pensar qué vamos a hacer», explica esta asturiana, que con 'La muerte blanca' se hizo con el Premio Azorín en 2002, con 'La edad secreta' fue finalista del Primavera 2005 y con 'El otoño alemán' ganó el Ateneo de Sevilla 2006. Eugenia Rico está considerada en Alemania como una de las mejores escritoras de su generación en español.
«Bombones intelectuales»
Más temas complicados: el abuso de un menor por parte de un sacerdote, que encima es el tío del niño. «Este cuento me lo censuraron en una actividad a la que me habían invitado. Yo creía que esas cosas ya no pasaban en mi país», comenta todavía contrariada por lo ocurrido. La protección del menor es una de las ideas que trabaja. «Me preocupa mucho. No todos somos mujeres, ni todos tenemos una enfermedad crónica, no tenemos por qué entender lo que sufren los demás, pero todos hemos sido niños, eso sí lo conocemos. Me resulta extraño que los protejamos tan toco», confiesa.
Así leído, parece que en este libro todo es muy cerebral y muy denso, pero Rico hace gala de una escritura que no aburre. Defiende la posibilidad, y la existencia, de una literatura que además de hacer pensar hace gozar. «Literatura-goce. Emoción y pensamientos. Son como bombones intelectuales. No creo que ambas cosas estén reñidas, sobre todo si el escritor piensa que sus lectores son personas inteligentes. Claro que si cree que son tontos.», dice. Cosa extraña porque, lo explica ella misma, «no todo el mundo lee, pero normalmente el que lee suele pensar y quiere saber un poco más de los demás y de sí mismo, ¿no?». Así que Rico, cuando se pone a escribir, da lo que pide como lectora: «Innovación formal, estética y placer intelectual». Ahí es nada.