Hallan un yacimiento con huesos del cuaternario en una finca de Ribadesella
Se trata de una cavidad subterránea que cuenta en su interior con restos óseos de entre 40.000 y 20.000 años de antigüedad
ANDREA INGUANZO
Sábado, 6 de octubre 2012, 03:04
Fueron localizados hace bastantes semanas pero no se han empezado a conocer hasta ahora detalles de la noticia. Los propietarios de una finca ubicada en la localidad riosellana de Cuerres se topaban con una cavidad subterránea en la que les sorprendió la presencia de huesos de importantes dimensiones. Se trata, según ha confirmado la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, de huesos pertenecientes a la época del cuaternario, con una antigüedad comprendida entre los 40.000 y los 20.000 años. En concreto son restos de animales de grandes dimensiones y muy bien conservados. Por ejemplo, y según ha podido saber este diario, la colección hallada incluye un cráneo de bisonte o restos óseos de rinocerontes lanudos. Aunque no está confirmado, también podría haber huesos de hienas e incluso mamuts.
El hallazgo se produjo de una forma casual. Los propietarios del terreno donde se ubica, Pedro y Alejandro García, hijos del dueño del conocido restaurante riosellano La Cerezal, se encontraban desarrollando una obra para la construcción de una vivienda. Tras realizar varios movimientos de tierras con una pala excavadora, localizaron una roca que parecía esconder algo debajo. Al moverla, una bocanada de aire salió al exterior, lo que terminó por despertar su curiosidad. Una vez dentro del agujero que se abría a sus pies fue cuando se percataron de la presencia de los enormes huesos. A partir de entonces pusieron el asunto en manos del Principado.
Poco después se personó en la zona un equipo de la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo, capitaneado por el profesor Diego Álvarez Lao. Él mismo confirmaba ayer a EL COMERCIO la existencia del yacimiento. «Hemos encontrado huesos, y sí, es cierto que por sus características parecen tener relativa importancia, pero de momento el estudio de los mismos se encuentra en una fase muy inicial», detalló el experto. Él y su equipo se encuentran realizando un elaborado proyecto, basándose en la evaluación de lo que han podido ver hasta el momento, con el que esperan conseguir el permiso pertinente del Gobierno regional para iniciar, al menos, una excavación y poder conocer más datos sobre estos restos óseos. Y es que aunque sí se ha accedido a la zona, las extracciones de material no estarán permitidas hasta que se facilite dicho permiso.
Sin haberse realizado aún análisis fiable alguno, como el del carbono-14, estos expertos adelantan que los restos pueden pertenecer a la última glaciación dentro del cuaternario, un periodo que se divide en dos ciclos, el pleistoceno y el holoceno. Esta época de la historia se caracteriza por la aparición del Homo Sapiens sobre la Tierra, un gran predominio de los mamíferos y la presencia de una flora y una fauna de muy similares características a la actual.
La Dirección General de Patrimonio tuvo conocimiento de este hallazgo a finales del mes de agosto. Según aseguraban ayer fuentes de la misma, el siguiente paso será proceder a poner en valor el alcance del yacimiento, aunque todo apunta a que pueden tener un importante valor arqueológico. De hecho, algunas voces apuntan ya a que estos huesos son «únicos en Europa», aunque lo cierto es que los yacimientos del cuaternario suelen ser los que normalmente aparecen entre los concejos de Llanes y Ribadesella.
El problema está ahora en la posibilidad de que la gente intente acceder a la cavidad por su cuenta y puedan dañar el yacimiento. Los propietarios y la propia Universidad se empeñan en destacar que se trata de una cueva, «de casi imposible acceso», que su posición es complicada de ubicar y que además se encuentra en una propiedad privada en la que se están desarrollando trabajos de construcción, lo que aumenta el peligro para los posibles curiosos. Temen todos ellos, por un lado, que cualquier particular intente llevarse como trofeo uno de los huesos, estropeando así un proceso que se presume de gran importancia y, por otro, que una persona pueda acceder a la zona, resbalarse o caerse, teniendo que lamentarse males mayores.
Trampa o fosa de animales
Por sus características, se manejan ya varias hipótesis sobre lo que podría haber sido en la antigüedad el nuevo yacimiento encontrado. Se habla de una trampa natural para animales, de la que una vez dentro no pudieran salir, de ahí que se encuentren prácticamente intactos esqueletos completos. Por otro lado también podría ser una especie de fosa común donde los lugareños de aquella época tiraran los restos de sus capturas de caza.