«Aquí cada uno hace lo que le parece»

Pese a que aún se están dando los últimos remates que permitirán celebrar su inauguración oficial, el carril bici del Muro se encuentra ya en pleno uso. La incorporación de esta vía al paseo y la carretera que bordean la playa de San Lorenzo está generando, al igual que ocurrió durante su construcción, un buen número de críticas. Si en un primer momento fueron el diseño y la estrechez los aspectos que atrajeron la mayoría de los dardos, ahora que las bicicletas ya circulan empiezan a señalarse otros problemas.

«Aquí cada uno hace lo que parece», comentó ayer un caminante, quien se quejaba así del caos que, a su juicio, vive la zona. A pesar de que ya no está permitido transitar en bicicleta por el paseo y la Policía Local ha comenzado ya a multar, son muchos quienes esquivan la normativa y regatean sobre dos ruedas a quienes caminan junto al arenal de San Lorenzo.

Se prevé que la regulación semafórica entre en servicio mañana, una vez adaptada a los cambios que introduce el carril bici en la circulación y aún son muchos los que desconfían de la seguridad de la zona: «¿Usted dejaría que sus nietos circulasen por ahí?», inquirió una ciclista que circulaba por la acera.

Un malestar que también comparten quienes regentan las heladerías del Muro y tienen ahora dificultades para descargar las mercancías que surten su negocio.

La instalación de los pivotes que separa el tráfico de vehículos a motor del de bicicletas y patines, impide que los proveedores se acerquen tanto a la acera como hacían antes, con los consiguientes problemas que eso supone para su abastecimiento.

Otros cuestionan, además, el gasto realizado por el Ayuntamiento en este a su juicio fallido proyecto. Consideran que, «más aún en tiempos de crisis y restricciones presupuestarias, hay muchos otros asuntos en los que habría merecido más la pena invertir».