«No nos queremos ir de aquí»
16 pequeños han disfrutado del verano en el Principado gracias a sus familias de acogida Niños de Kiev y Bielorrusia dejan Asturias tras un mes y medio de vacaciones
LAURA CASTRO
Miércoles, 21 de agosto 2013, 04:01
«Esto se puede sentir, es algo muy grande», comentaba Jesús Santos, presidente de la organización solidaria Expoacción. Por segundo año, niños del colegio de las Hermanas granadinas de Santo Domingo, en Kiev, se alojaron con familias de acogida de Gijón y Luanco para disfrutar del verano y olvidar sus dificultades familiares. «Hemos hecho un puente entre España y Kiev», indicaba su promotor.
A los 12 ucranianos también se sumaron cuatro pequeños de Bielorrusia. José Fénix formó en noviembre la asociación ACOINFA (Acogidas Infantiles de Asturias). «Buscando en internet encontramos muchos niños de Bielorrusia que no tenían padres y que buscaban casa de acogida. Mi mujer me convenció para ayudarlos y ha sido una experiencia inolvidable», explicaba Fénix.
Expoacción y ACOINFA trabajaron juntos para traer a los niños y para que cuando se marchen se lleven mucho «amor asturiano». Tal ha sido el impacto que le han causado los pequeños a Fénix que el 26 de agosto se irá con ellos «para ver cómo viven y en qué condiciones».
La catástrofe nuclear de Chernóbil afectó mucho a estos dos países. «Al venir aquí pueden hacer una vida más saludable», comentaba José María Fernández, padre de acogida de un pequeño de Ucrania. Algunos niños han llegado con problemas de salud que sus familias de acogida han intentado solventar. Dos de los menores sufren trastornos de visión, por lo que les han comprado gafas. También les han hecho revisiones médicas. Noelia Quintana y Pablo Riesgo ya tienen dos niñas de 4 y 6 años pero cuando se enteraron de la iniciativa de ACOINFA no dudaron en colaborar. En Navidad conocieron a la pequeña Margaryta, de 8 años. «La experiencia fue muy buena. Se adaptó sin problemas», explicó la madre de acogida. El cariño que sintieron por 'Ryta' les impulsó a repetir este verano. «Ha estado con toda la familia. Ya es una más. A pesar de que tenemos 3 niñas que son terremotos ha sido una gran experiencia. Repetiríamos sin duda», explicaba Riesgo. «Mis niñas han aprendido a hablar ruso. Ya son como hermanas», apostillaba Quintana.
Desde su llegada el pasado 10 de julio, no han parado. Hicieron excursiones y visitas en grupo y, con sus familias de acogida, disfrutaron del verano y de las romerías de Asturias. Ayer tocaba aprovechar el paseo por Gijón, donde visitaron el Acuario, a la que le siguió una comida de despedida en el Jardín Botánico.
Alisa Kovdya, monitora de los niños bielorrusos se mostraba muy contenta por este segundo año en España. «Es una gran experiencia para ellos y para las familias de acogida. Se preocupan mucho y los cuidan como si fueran sus hijos». Sin embargo, la crisis económica está pasando factura. «Cada vez hay menos personas dispuestas a acogerlos porque supone mucho dinero traerlos y cuidar de ellos. Esperemos que la situación mejore pronto», comentaba Kovdya.
El vicepresidente de Expoacción, Wenceslao Gómez, «admiro a estas familias de acogida» y lamentó que que él no podría hacerlo. «No tendría fuerza para devolver al niño después. Es muy duro porque se les coge mucho cariño». Para los pequeños la despedida también será difícil. «No nos queremos ir de aquí. Nos pasamos todo el año esperando para poder volver. Nos encanta. Nos quieren mucho y nos tratan muy bien», explicaba Naya, una de las niñas bielorrusas acogidas en Asturias.
La mayoría de los pequeños coinciden: «Lo mejor ha sido la playa. Nos encanta el mar». Muchos llegaron con la maleta vacía y ahora, tras un mes y medio con sus familias asturianas, se la llevan llena de buenos recuerdos y regalos.