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I. VILLAR
Viernes, 6 de noviembre 2009, 10:17
Lo llaman «iluminación inteligente» y se basa en evitar el derroche innecesario de luz: «Que las farolas alumbren cuando haya ciudadanos en la calle, pero que rebajen su potencia cuando no sea imprescindible», explicaba ayer Pedro López Ferrer, ingeniero de Goyastur y uno de los responsables del proyecto del nuevo sistema de telegestión que funciona ya en la ciudad y permite controlar a distancia y en tiempo real el gasto y potencia del alumbrado público en cada punto del casco urbano. Un ejemplo se puede ver en el aparcamiento de El Molinón, que mientras los días de partido mantiene todas sus farolas encendidas a máxima potencia, el resto de noches reduce su iluminación a la mínima, a una mera función de balizamiento.
El concejal de Mantenimiento Urbano y Rural, Faustino García, 'Tino Venturo', presentó ayer el nuevo sistema centralizado de control a distancia-'telegestión'- del alumbrado público, que supone la culminación de un proceso que se inició hace ya doce años con la instalación de los primeros cuadros de luz inteligentes con reducción de flujo. Estas unidades, de las que hoy existen ya 276 en la ciudad, se componen de un equipo estabilizador-reductor de flujo y de un terminal de control denominado Urbilux.
El primer instrumento, por una parte, permite dotar a los puntos de luz de un suministro continuo y uniforme -evitando la fluctuación de la tensión y prolongando así hasta un 25% la vida media de las lámparas- y por otra regula la tensión eléctrica que sale del cuadro general a las farolas, reduciendo su consumo hasta un 40%, en función del tipo de lámpara. El terminal Urbilux, considerado «el cerebro de la instalación», da las órdenes de encendido, apagado y ahorro, detecta averías en tiempo real, mide la potencia, tensión e intensidad del alumbrado y registra información sobre la energía consumida, las incidencias en la red y otros eventos.
Hasta ahora estos terminales permitían hacer una programación 'in situ' de los horarios de encendido, acción que ahora es posible realizar ya a distancia desde el centro de control instalado en la Unidad Técnica de Alumbrado, en la Casa Rosada, e incluso desde los terminales móviles de los responsables de este control lumínico. Un simple golpe de ratón, desde su ordenador o su PDA, sirve para reducir la intensidad de luz en una determinada calle o retrasar su horario de encendido, entre otras posibilidades. Daniel Urbiztondo, de la empresa Arelsa -responsable de este sistema-, mostró varios ejemplos reales del impacto que tiene sobre el consumo energético la aplicación de la telegestión. En la calle del Profesor Pérez Pimentel, por ejemplo, de los 16,2 kilovatios por hora que se consumen por ejemplo a las 11 de la noche, se pasa, ya de madrugada a 10,1 kilovatios, esto es, un 35% menos. En el paseo de Begoña, que utiliza lámparas diferentes, de luz blanca, el ahorro que se consigue al bajar la potencia a partir de la medianoche es del 18%, bajando de 10,4 kilowatios por hora a 8,7.
Con la implantación de la telegestión, que tuvo un coste de 193.000 euros, se espera reducir el consumo anual de 13,9 gigavatios por hora a 11,4, lo que supondrá un ahorro a las arcas municipales de 298.000 euros al año. «El coste del proyecto quedará amortizado en un tiempo récord», señalaron los responsables del sistema. Con la 'telegestión' de casi 300 de los cuadros de luz del alumbrado eléctrico, Gijón se situará a la cabeza de España en el uso de estos sistemas, sólo por detrás de Barcelona y Palma de Mallorca.
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