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Siciliano. La mafia está presente, aunque sea a su pesar, en todas las obras de Andrea Camilleri.
«Mis historias están basadas en noticias de la crónica negra»
ENTREVISTA

«Mis historias están basadas en noticias de la crónica negra»

Empezó a escribir cuando ya había cumplido los 50 y hoy su obra está traducida a 12 idiomas. Acaba de publicar en España 'Las alas de la esfinge' Andrea Camilleri Novelista

JOSÉ LUIS CAMPAL

Martes, 8 de diciembre 2009, 04:31

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La fulgurante carrera novelística del escritor siciliano Andrea Camilleri (Porto Empedocle, 6-IX-1925), iniciada en plena madurez con 'El curso de las cosas' (1978) y actualmente traducido a una docena larga de lenguas, ha conocido recientemente un nuevo eslabón con la publicación en España de 'Las alas de la esfinge', otro caso más del peculiar comisario de la ficticia Vigàta Salvo Montalbano, quien también cuenta con serie cinematográfica propia. De la pluma de este antiguo profesor de arte dramático, director teatral especializado en Pirandello y realizador televisivo, e incluso actor, ha surgido, para recreo de sus fieles lectores, en las tres últimas décadas, una sesentena de destacadas aportaciones como 'La ópera de Vigàta', 'La concesión del teléfono' o 'La desaparición de Patò', sin duda sus principales hitos estilísticos.

-El mundo por el que se mueve Montalbano es el de la mafia no nombrada pero presente en todo momento en sus comportamientos. ¿No se puede desembarazar Sicilia de ese sambenito?

-Sería muy hermoso hacerlo, pero como desgraciadamente todavía no nos hemos librado de ella, la mafia constituye el trasfondo de todas mis novelas ambientadas en la contemporaneidad.

-¿Cuánto hay de Camilleri en Montalbano y viceversa?

-No hay absolutamente nada, sí hay, más bien, mucho de mi padre.

-¿Puede contarnos algo sobre el proceso de elaboración de uno de los casos de su comisario vigatense?

-Simplemente puedo decirle que todos los casos del comisario están basados en noticias de crónica negra que he leído y archivado de algún modo en mi memoria. Después, a la hora de novelar ese hecho, el suceso periodístico se transforma.

-¿Es Montalbano un personaje shakespeariano o cervantino, por la escisión que se da en sus actos entre obediencia e impulso?

-Diré más propiamente cervantino porque, al obrar, no puede desembarazarse antes de su impulso que de la obediencia debida a sus superiores.

-¿Somos lo que comemos?

-En parte somos lo que comemos y en parte lo que pensamos.

-¿Qué personaje le inspira más ternura: Catarella, el superior inmediato de Montalbano, su sirvienta...?

-Naturalmente, Catarella; el superior de Montalbano, ninguna ternura, y Adelina, una gran complicidad.

-¿Nunca ha pensado escribir una aventura de Montalbano bajo el punto de vista de Catarella?

-No, he escrito un relato cuyo protagonista es Catarella, pero no desde su punto de vista, pues me parece un poco excesivo.

-Creo que ya tiene redactado el último caso de Montalbano. ¿Será también lo último que veremos de Camilleri?

-Lo último de Montalbano no será necesariamente lo de Camilleri.

-¿Por qué llama 'históricas' a sus novelas de costumbres y de intriga investigadora?

-Porque son todas novelas ambientadas en el pasado.

-¿Por qué hay una división de capítulos en sus novelas si la acción nunca se interrumpe?, ¿sólo para facilitar el seguimiento de los hechos al lector?

-La acción se interrumpe muy frecuentemente y cuando no lo hace, coloco los capítulos para eliminar la visión de la cámara.

-¿Ha dicho en sus novelas todo lo que deseaba o se ha visto empujado a echar mano de la tijera de la autocensura?

-Jamás he sufrido de autocensura en mi vida.

-¿Por qué no utiliza más en sus novelas policiales esos recursos que tanta riqueza le imprimieron en sus comienzos: simulación de noticias periodísticas, recursos fílmicos como el zoom, informes internos de la policía, anónimos...?

-Se trata de dos tipos de narrativa distintos. Pienso que una novela policiaca debe seguir algunas reglas respetuosas con el tempo de la lógica y del desencadenamiento de los acontecimientos.

-El dominio psicológico que se advierte en sus obras cuando pone a hablar a sus personajes, ¿es herencia de su trabajo en el teatro o simple observación?

-La verdad es que la mezcla de ambas cosas.

-Las referencias cinematográficas, que no faltan en su obra, ¿son un guiño al lector, es su forma de incrustarse en la novela al modo de lo que hacía Hitchcock en sus filmes?

-Los relatos cinematográficos hoy por hoy son como los relatos literarios.

Un hombre de izquierdas

-¿Le cuesta ubicar novelas, para un izquierdista como usted, en un país que ha tenido tantas tentaciones fascistas y extremistas?

-No me cuesta, por el contrario me produce placer cuando puedo subrayar el riesgo de dichas tentaciones.

-¿Se ha traducido a su satisfacción su obra narrativa, incluido el uso supongo que controvertido del dialecto siciliano?

-En algunos países de modo muy satisfactorio, en otros menos.

-¿Es exigente con sus traductores, trabaja con ellos o ellos con usted, le consultan o sugieren posibilidades cuando se encuentran en un callejón sin salida?

-No. Muchos traductores, los más escrupulosos, contactan conmigo y me hacen una larga serie de preguntas, otros ni siquiera me han dirigido ni una simple cuestión.

-¿No es demasiado frenético para su edad el ritmo de escritura y publicaciones que se ha impuesto, no le agota?

-Si escribo de esta manera quiere decir que no estoy fatigado, sería distinto si debiera participar en un maratón o en una carrera de montaña. Cuando me percate de que escribir me resulta dificultoso dejaré de hacerlo.

-¿Le costó publicar su primera novela?

-Tanto como diez años.

-¿Cuando empezó a escribir y publicar, sospechó que llegaría tan lejos en la aceptación del público?

-Por supuesto que no, cómo pensarlo. No lo creo ni aún hoy, sospecho que sea tal vez un montaje para mi perjuicio.

-¿Sacará tantas novelas como Simenon?

-Lo dudo, ¡Simenon comenzó a los 20 años y yo a los 50!

-¿Se considera un escritor más siciliano que italiano?

-Me considero un escritor italiano nacido en Sicilia.

-¿Le gustaría que Porto Empedocle se rebautizara como Vigàta?

-Ya lo han hecho y no me ha producido demasiada impresión. Pero, desgraciadamente, mi Vigàta no coincidirá jamás con la moderna Porto Empedocle.

-Usted homenajea a Vázquez Montalbán y el escritor español Pau Vidal ha bautizado a su investigador como Camiller. ¿Qué sentimientos le provoca este tributo?

-Lo encuentro un hermoso ejemplo de civilidad literaria.

-¿Cuándo nos ofrecerá otra joya como lo fueron en su día 'La concesión del teléfono', 'La desaparición de Patò o 'Privado de título'?

-¿Me está diciendo que no le han gustado las últimas novelas? De cualquier modo, para tranquilizarle, la editorial Sellerio tiene nuevas obras mías que espero aprecie.

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